Category: Economía

  • CRISIS POLÍTICA EN PERÚ: DINA BOLUARTE DESTITUIDA POR EL CONGRESO TRAS ACUSACIONES DE INCAPACIDAD MORAL

    CRISIS POLÍTICA EN PERÚ: DINA BOLUARTE DESTITUIDA POR EL CONGRESO TRAS ACUSACIONES DE INCAPACIDAD MORAL

    La inestabilidad política vuelve a sacudir al Perú. En una decisión histórica y unánime, el Congreso de la República aprobó la vacancia presidencial de Dina Boluarte, cerrando un ciclo de poco menos de tres años marcado por tensiones, escándalos y una profunda crisis de gobernabilidad.

    Una destitución sin precedentes.

    En una sesión que captó la atención nacional e internacional, 121 congresistas votaron a favor de la vacancia, sin que se registraran votos en contra ni abstenciones. Con ello, el Parlamento puso fin al mandato de Boluarte a la medianoche del 10 de octubre de 2025, y de acuerdo con el orden constitucional, el presidente del Congreso, José Jerí, asumió de inmediato la conducción del Ejecutivo.

    Esta destitución [invocando la figura de “incapacidad moral permanente”] se convierte en uno de los episodios políticos más contundentes de las últimas décadas. Con Boluarte, el Perú suma seis presidentes en menos de diez años, un récord que refleja la fragilidad institucional del país andino.

    El camino hacia la vacancia: entre escándalos y pérdida de legitimidad.

    El proceso comenzó el 9 de octubre, cuando distintas bancadas parlamentarias impulsaron cuatro mociones de vacancia sustentadas en denuncias de corrupción, entre ellas el sonado caso “Rolexgate”, que había afectado gravemente la imagen del Gobierno. También se criticó la ineficacia del Ejecutivo frente a la inseguridad ciudadana, que se había convertido en la principal preocupación de la población.

    Tras obtener los votos necesarios para admitir la moción (56 como mínimo), el Congreso avanzó hacia un juicio político exprés que concluyó con una abrumadora mayoría a favor de la destitución. Incluso las fuerzas políticas que habían sostenido al gobierno —como Fuerza Popular, Renovación Popular y Alianza para el Progreso— se sumaron a la votación, evidenciando el aislamiento político de Boluarte en sus últimos días de gestión.

    El hecho que aceleró su caída.

    El detonante final fue el ataque armado ocurrido durante un concierto del grupo Agua Marina en Chorrillos, Lima. El atentado, que dejó varios heridos, desató una ola de indignación y fue percibido como la muestra más visible del deterioro del control estatal sobre la seguridad pública.

    Este suceso terminó por hundir la credibilidad del gobierno y acelerar un desenlace que ya parecía inevitable. Los sectores sociales y empresariales coincidieron en que el país atravesaba una “parálisis de autoridad”, y la presión política se volvió insostenible.

    Impacto económico: estabilidad sorprendente en medio del caos.

    A diferencia de crisis anteriores, la destitución de Dina Boluarte no generó turbulencia significativa en los mercados financieros. De hecho, el tipo de cambio mostró una leve apreciación del sol frente al dólar, reflejo de la confianza en la institucionalidad económica del país y del rol estabilizador del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).

    El mercado cambiario respondió con moderación, sin sobresaltos notables, lo que evidencia que los inversionistas diferencian la inestabilidad política del manejo macroeconómico, percibido como prudente y sólido. El BCRP actuó preventivamente, garantizando liquidez y transmitiendo seguridad a los agentes económicos.

    En los días posteriores a la vacancia, la cotización del dólar retrocedió ligeramente, lo que sugiere que el sol peruano mantiene su fortaleza estructural, apoyado en fundamentos como la estabilidad fiscal, la solidez del sistema bancario y las expectativas inflacionarias controladas.

    Perspectivas: política convulsa, economía resiliente

    La salida de Boluarte no ha desatado pánico financiero, pero sí abre un nuevo capítulo de incertidumbre política. Los analistas coinciden en que el reto del nuevo gobierno será preservar la estabilidad macroeconómica y reconstruir la confianza interna, sin descuidar las demandas sociales que siguen latentes.

    El Perú demuestra, una vez más, que su economía es más resistente que su política. Sin embargo, la sucesión de crisis presidenciales plantea una pregunta inevitable: ¿hasta cuándo podrá el país sostener su fortaleza económica si la inestabilidad política se convierte en una constante?

  • ¿UN CIERRE DE GOBIERNO EN EE. UU. PUEDE TAMBALEAR LA ECONOMÍA MUNDIAL?

    ¿UN CIERRE DE GOBIERNO EN EE. UU. PUEDE TAMBALEAR LA ECONOMÍA MUNDIAL?

    Un fantasma recurrente en Washington.

    Los cierres de gobierno en Estados Unidos no son un fenómeno nuevo. Desde los años 70 se han repetido varias veces y, en la mayoría de casos, sus efectos han sido pasajeros. Incluso el más largo de la historia —el de 35 días en 2018-2019— apenas dejó cicatrices en los mercados financieros o en la economía real. Generalmente, cada semana de paralización resta alrededor de 0,2 puntos al PBI, pero esas pérdidas se recuperan rápido cuando el Estado vuelve a operar.

    ¿Por qué esta vez sería distinto?

    La novedad radica en que la administración Trump ha insinuado que no todos los trabajadores federales suspendidos serían recontratados. Es decir, podrían producirse despidos permanentes de cientos de miles de empleados públicos, lo que marcaría una ruptura con la lógica de cierres anteriores. Para los economistas, esto podría derivar en un impacto más duradero sobre el consumo, el desempleo y, en consecuencia, la confianza de los inversionistas.

    La economía sin brújula.

    Otro riesgo es la falta de datos oficiales. Con un cierre en marcha, oficinas como la Bureau of Labor Statistics dejarían de publicar cifras cruciales sobre empleo e inflación. En un contexto en el que la Reserva Federal necesita información clara para definir sus próximas decisiones de política monetaria, la ausencia de estadísticas sería como “volar a ciegas”. Esto no solo afectaría a la Fed, sino también a empresas y analistas que dependen de esos reportes para planificar inversiones.

    Wall Street, aún tranquilo.

    Históricamente, la bolsa estadounidense ha mostrado una resistencia notable frente a los cierres de gobierno. En algunos casos, incluso el índice S&P 500 subió durante los días de paralización. Sin embargo, los expertos advierten que la coyuntura actual es más frágil: el mercado laboral se enfría, la inflación sigue siendo un reto y el ruido político añade incertidumbre. En este escenario, el desenlace podría no ser tan benigno como en el pasado.

    ¿Qué implica para el Perú?

    Aunque un cierre en EE. UU. parece un asunto lejano, su impacto puede sentirse en el Perú de varias formas:

    • Tipo de cambio: la incertidumbre global podría fortalecer al dólar como activo refugio, presionando al alza la cotización en el mercado peruano. Un billete verde más caro encarecería importaciones clave como combustibles y alimentos.
    • Flujos de capital: un escenario de mayor volatilidad en EE. UU. podría llevar a los inversionistas a replegarse de mercados emergentes, restando atractivo a la deuda peruana y generando salidas de capital.
    • Exportaciones: si el cierre afecta la confianza de los consumidores y empresas en EE. UU., la demanda de bienes importados [incluyendo minerales peruanos] podría resentirse en el corto plazo.

    Un momento delicado.

    El problema no es solo el cierre en sí, sino el contexto en el que ocurre: una economía estadounidense menos sólida que en años anteriores y con tensiones laborales en aumento. Para el Perú, esto significa un escenario de mayor volatilidad cambiaria y la necesidad de una respuesta prudente del BCR para contener cualquier shock.

  • LA ECONOMÍA DE EE. UU. SORPRENDE: SU PBI CRECE 3,8% Y MARCA EL MAYOR AVANCE EN CASI DOS AÑOS

    LA ECONOMÍA DE EE. UU. SORPRENDE: SU PBI CRECE 3,8% Y MARCA EL MAYOR AVANCE EN CASI DOS AÑOS

    Un repunte inesperado.

    La economía estadounidense registró un crecimiento anualizado de 3,8% en el segundo trimestre de 2025, según el reporte de la Oficina de Análisis Económico. La cifra superó con amplitud la proyección de 3,3% y se convirtió en el ritmo de expansión más sólido desde 2023.

    De la caída a la recuperación.

    Tras haber retrocedido 0,6% en el primer trimestre, el Producto Bruto Interno (PBI) se recuperó con fuerza, avanzando 0,9% en términos trimestrales. El rebote estuvo apoyado en dos motores principales: una marcada contracción de las importaciones y un consumo de los hogares más dinámico. Estos factores compensaron la debilidad en la inversión privada y en las exportaciones.

    El papel del consumidor y la caída de importaciones.

    El gasto de los consumidores aceleró su crecimiento a 2,5%, un salto notable frente al 0,6% de los primeros tres meses del año. A la par, las importaciones se desplomaron más de 29% en el trimestre, tras haber alcanzado niveles récord a comienzos de 2025. Esta reducción en las compras al exterior fue clave para sostener el repunte económico.

    Inversión y gasto público en retroceso.

    No todo fue positivo: la inversión privada se contrajo de manera significativa, con una caída de 5,1% en la construcción de viviendas y un retroceso en los inventarios de las empresas, lo que restó más de tres puntos al crecimiento total. Además, el gasto del gobierno federal también se redujo en más de 5%, lo que evidencia un ajuste en la política fiscal.

    ¿Qué significa para el Perú?

    El repunte de la economía estadounidense tiene un doble efecto para el Perú. Por un lado, impulsa la demanda de exportaciones peruanas, sobre todo de minerales como el cobre, que suelen verse beneficiados por un mayor dinamismo industrial en EE. UU. Esto podría reforzar la balanza comercial y generar ingresos adicionales de divisas.

    Por otro lado, el fortalecimiento económico de EE. UU. puede traducirse en un dólar más sólido frente a las monedas emergentes. En el caso peruano, esto podría presionar al alza el tipo de cambio, encareciendo importaciones y elevando costos en sectores sensibles como combustibles y alimentos.

    Un escenario de oportunidades y riesgos.

    Mientras la mayor economía del mundo muestra resiliencia, el Perú debe estar atento a cómo este crecimiento impactará en sus exportaciones y en la cotización del dólar. Si bien el repunte estadounidense puede abrir espacio para un mayor flujo de capitales hacia mercados emergentes, también incrementa la volatilidad cambiaria. En este contexto, la política monetaria del BCR será clave para mantener la estabilidad en el mercado peruano.

  • JULIO VELARDE SE DESPIDE: ¿QUIÉN TOMARÁ LA POSTA EN EL BCRP Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL PERÚ?

    JULIO VELARDE SE DESPIDE: ¿QUIÉN TOMARÁ LA POSTA EN EL BCRP Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL PERÚ?

    El fin de una era en la política monetaria.

    Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva (BCR) desde 2006, adelantó que no buscaría continuar en el cargo cuando culmine su mandato en julio de 2026. Reconocido por su papel en la estabilidad macroeconómica del país y premiado internacionalmente por su gestión, Velarde aseguró que su permanencia no depende de él y que no tiene intención de solicitar una nueva designación.

    Sucesores en la mira.

    El economista subrayó que preferiría que su reemplazo provenga de las filas del propio BCR. Entre los nombres que puso sobre la mesa destacan Adrián Armas, actual gerente central de Estudios Económicos, y Paul Castillo, gerente general de la entidad. Además, señaló que existen al menos dos candidatos más en reserva, sin dar mayores detalles.

    Para Velarde, la ventaja de elegir un sucesor interno es la capacidad de continuar sin tropiezos el trabajo técnico de la institución. “Si tuviera que escoger ahora, miraría a mi izquierda o a mi derecha”, comentó en alusión a Castillo y Armas.

    Reconocimientos y legado.

    Desde su designación en 2006, Velarde ha sido ratificado por tres presidentes de distintos signos políticos, lo que evidencia la confianza en su liderazgo. Su gestión ha permitido que el sol peruano se mantenga sólido en contextos internacionales turbulentos y ha consolidado al BCR como un referente en la región. Entre sus distinciones figuran el premio a Banquero Central del Año (2015) y Banquero Central de las Américas (2020).

    Crecimiento con mirada cautelosa.

    El último Reporte de Inflación elevó la proyección de crecimiento económico para el 2025 de 3.1% a 3.2%. Velarde señaló que el panorama electoral podría moderar este dinamismo, aunque, por ahora, las expectativas empresariales siguen positivas. Indicadores como la masa salarial y la importación de bienes de capital muestran señales de fortaleza.

    “No percibo aún un efecto electoral negativo. Las intenciones de inversión se mantienen, aunque todo dependerá de que no aparezca un candidato que genere incertidumbre”, advirtió.

    Diferencias con la FED.

    Mientras la Reserva Federal de EE.UU. anticipa nuevos recortes de tasas en 2025, el BCR peruano no necesariamente seguirá esa ruta. Velarde remarcó que, por el momento, la economía local no exige una política monetaria más agresiva. El mercado proyecta entre cero y un recorte de tasas en el próximo año.

    Además, alertó que las presiones políticas que enfrenta la FED podrían tener un efecto contagio en la región. En ese sentido, reiteró que la independencia del BCR es vital para preservar la estabilidad de precios en el Perú.

    Impacto para el Perú y el tipo de cambio

    La salida de Velarde marcará un punto de inflexión para la economía peruana. Su figura ha sido clave para sostener la confianza de inversionistas nacionales y extranjeros. La elección de su sucesor no solo tendrá implicancias en la política monetaria, sino también en la percepción de riesgo país.

    En el frente cambiario, la transición en el BCR podría generar volatilidad en el sol frente al dólar, especialmente si el nuevo presidente no goza de la misma credibilidad que Velarde. Un relevo con menor experiencia podría traducirse en presiones alcistas sobre el tipo de cambio, encareciendo importaciones y elevando el costo de vida. Por el contrario, si el sucesor mantiene la línea técnica y el compromiso con la estabilidad, el sol podría mantenerse firme incluso frente a un contexto internacional incierto.

  • LA FED INICIA RECORTE DE TASAS: ¿UN RESPIRO PARA LA ECONOMÍA GLOBAL Y UN RETO PARA EL PERÚ?

    LA FED INICIA RECORTE DE TASAS: ¿UN RESPIRO PARA LA ECONOMÍA GLOBAL Y UN RETO PARA EL PERÚ?

    El primer movimiento desde diciembre.

    La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) dio el primer paso hacia una política monetaria más flexible al reducir su tasa de referencia en 0.25 puntos porcentuales, llevándola al rango de 4% a 4.25%. Este es el primer ajuste a la baja en casi un año y marca el inicio de un ciclo en el que se esperan dos recortes adicionales antes de que termine 2025.

    La decisión refleja un cambio de prioridades: si bien la inflación sigue siendo un riesgo latente, el enfriamiento del mercado laboral estadounidense se ha convertido en el factor más determinante en la agenda de Jerome Powell y sus colegas.

    Un debate dentro de la FED.

    Aunque la medida fue respaldada por la mayoría, no hubo unanimidad. Stephen Miran, recientemente incorporado a la junta, abogó por un recorte más agresivo de medio punto. En contraste, Christopher Waller y Michelle Bowman apoyaron el ritmo gradual que finalmente se aprobó.

    El comunicado oficial reconoció que el empleo muestra señales de fatiga: la tasa de desempleo subió y la creación de puestos de trabajo se desaceleró. La FED remarcó que sigue atenta a su doble mandato: controlar la inflación sin descuidar el pleno empleo.

    Powell: un equilibrio delicado.

    En su mensaje, Jerome Powell describió el escenario actual como “desafiante”. Explicó que los riesgos inflacionarios a corto plazo siguen presentes, pero al mismo tiempo los indicadores laborales se deterioran.

    Sobre el impacto de los aranceles impulsados por la administración de Donald Trump, Powell minimizó su efecto inflacionario: serían más bien un choque de precios único, absorbido por las cadenas de suministro y no tanto por los consumidores.

    Además, anunció que la FED atraviesa un proceso de ajuste interno con la reducción del 10% de su planilla, devolviendo la estructura de personal a niveles de hace una década.

    Impacto global y para el Perú.

    Un recorte de tasas en Estados Unidos no solo es relevante para Wall Street, sino también para países emergentes como el Perú. Al abaratarse el crédito en dólares y reducirse la rentabilidad de activos estadounidenses, los inversionistas suelen mover capital hacia mercados emergentes en busca de mayor rendimiento.

    Para el Perú, esto podría significar:

    • Mayor entrada de capitales, lo que fortalecería el sol en el corto plazo.
    • Impulso a los precios de metales, ya que los commodities suelen subir cuando el dólar se debilita. Esto beneficiaría directamente a nuestras exportaciones de cobre, oro y zinc.
    • Presión en el tipo de cambio: el sol podría apreciarse si la expectativa de recortes se confirma, situando el dólar por debajo de sus niveles actuales. Sin embargo, si la inflación en EE. UU. se reactiva, la volatilidad regresaría al mercado cambiario.

    En conclusión…

    La FED abre un nuevo capítulo en su política monetaria, intentando equilibrar inflación y empleo en un contexto de tensiones comerciales y fragilidad global. Para el Perú, este movimiento podría traer un respiro cambiario y mejores precios de exportación, aunque la volatilidad no desaparecerá. El reto será aprovechar el viento a favor sin perder de vista que cualquier giro inesperado en Washington puede reconfigurar nuevamente el tablero económico.

  • TRUMP DESAFÍA A EUROPA: PIDE ARANCELES DEL 100% CONTRA CHINA E INDIA POR COMPRAR PETRÓLEO RUSO

    TRUMP DESAFÍA A EUROPA: PIDE ARANCELES DEL 100% CONTRA CHINA E INDIA POR COMPRAR PETRÓLEO RUSO

    La nueva jugada en la guerra comercial.

    El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó un pedido explosivo a la Unión Europea (UE): aplicar aranceles del 100 % a China e India como castigo por mantener sus compras de petróleo ruso, recurso que sigue siendo un salvavidas financiero para Moscú en medio de la guerra en Ucrania.

    Según informó CNBC, la propuesta se discutió en un encuentro de alto nivel entre funcionarios de Washington y Bruselas. Incluso, EE. UU. estaría dispuesto a igualar los gravámenes europeos para reforzar la presión económica sobre Rusia.

    Antecedentes y tensiones con Moscú.

    Trump ya había escalado su política comercial en agosto, elevando al 50 % los aranceles a la India como represalia por su dependencia del crudo ruso. Además, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reveló que Trump también criticó a países europeos como Hungría y Eslovaquia por continuar con sus compras a Moscú.

    A pesar de haber recibido a Vladímir Putin en Alaska semanas atrás, la relación entre ambos líderes no arrojó resultados concretos, y Trump declaró que no está “contento” con las últimas acciones del Kremlin.

    Europa se resiste.

    Las fuentes comunitarias señalan que la UE difícilmente aceptará un arancel tan extremo contra China e India. Argumentan que cualquier gravamen requiere un proceso legal y justificación sólida, además de que podría afectar negociaciones en curso, como el acuerdo comercial con Nueva Delhi.

    Hasta ahora, la estrategia europea ha priorizado sanciones dirigidas a bancos, refinerías y sectores puntuales. Por ejemplo, en julio se incluyeron dos bancos chinos y una refinería india, aunque los aranceles aplicados solo alcanzaron fertilizantes y productos agrícolas rusos y bielorrusos.

    Un diplomático europeo citado por Reuters fue tajante: “hasta ahora no se ha discutido imponer aranceles a China o India”. La próxima movida de Bruselas parece orientarse más a sancionar entidades específicas, como bancos de Asia Central o refinerías chinas.

    ¿Qué significa esto para el Perú?

    Aunque el debate parezca lejano, un choque arancelario de este calibre tendría efectos globales que impactarían en el Perú. Si Europa o EE. UU. llegaran a imponer medidas tan duras contra China e India, el comercio internacional se tensionaría aún más, generando volatilidad en los precios de las materias primas, especialmente del petróleo y los metales.

    Para el Perú, gran exportador de cobre, oro y zinc, una guerra comercial ampliada podría traer dos escenarios:

    • Alza en los precios de metales, si aumenta la percepción de riesgo y los inversionistas buscan refugio en commodities. Esto generaría mayores ingresos por exportaciones y fortalecería al sol en el corto plazo.
    • Caída en la demanda externa, si China e India —nuestros principales socios comerciales— enfrentan mayores trabas. Esto reduciría el dinamismo de las exportaciones y aumentaría la presión sobre el dólar en el mercado local.

    Posible impacto en el tipo de cambio.

    El sol peruano se movería al ritmo de la incertidumbre global. En caso de que se recrudezca la guerra comercial, los inversionistas buscarían refugio en el dólar, lo que podría generar una depreciación del sol y encarecer las importaciones.

    Por el contrario, si los precios de los metales se mantienen altos y el Perú logra capitalizar ese escenario, el flujo de divisas podría fortalecer al sol. El resultado dependerá de qué pese más: la volatilidad financiera internacional o el impulso de nuestras exportaciones.

    El pedido de Trump a la UE no solo intensifica la presión sobre Rusia, sino que también pone a prueba el delicado equilibrio del comercio global. Para el Perú, estas tensiones pueden traducirse en un escenario cambiante para el tipo de cambio, en el que las oportunidades y riesgos conviven en la misma balanza.

  • EL DÓLAR RETROCEDE: EXPECTATIVAS SOBRE LA FED MARCAN LA PAUTA Y PERÚ SIENTE EL IMPACTO

    EL DÓLAR RETROCEDE: EXPECTATIVAS SOBRE LA FED MARCAN LA PAUTA Y PERÚ SIENTE EL IMPACTO

    Un cierre semanal en terreno negativo.

    El tipo de cambio en Perú culminó la semana en S/ 3.523, registrando una caída de 0.28 % frente al viernes anterior. Esta leve depreciación del dólar refleja la creciente incertidumbre en torno a la política monetaria de Estados Unidos y confirma que los movimientos internacionales siguen siendo el principal motor detrás de la cotización del billete verde en nuestro país.

    La FED y su efecto dominó en los mercados.

    La presión bajista sobre el dólar se explica, en gran medida, por la expectativa de que la Reserva Federal (FED) recorte su tasa de interés en su reunión de septiembre. Tras una pausa en julio, los mercados ahora descuentan con casi 90 % de probabilidad un recorte, de acuerdo con la herramienta FedWatch.

    El propio presidente de la FED, Jerome Powell, dejó entrever en Jackson Hole que el debilitamiento del mercado laboral norteamericano puede acelerar esta decisión. El dato más preocupante llegó en agosto: la creación de solo 22,000 empleos, muy por debajo de lo esperado, lo que encendió las alarmas sobre un enfriamiento de la mayor economía del mundo.

    Política y autonomía en la FED: un factor extra de presión.

    A la fragilidad económica se suman dudas sobre la independencia de la Reserva Federal. La nominación de Stephen Miran, cercano a Donald Trump, para integrar la junta de la FED avivó los temores de que el banco central pueda enfrentar presiones políticas en la toma de decisiones. Una FED con menos autonomía aumenta la volatilidad en los mercados internacionales y alimenta la desconfianza de los inversionistas.

    El impacto en Perú: ¿oportunidad o riesgo?

    Para la economía peruana, la caída del dólar tiene un doble efecto. Por un lado, favorece a los importadores, pues abarata los bienes adquiridos en el extranjero y ayuda a moderar la inflación local. Esto resulta especialmente positivo en un contexto en el que los precios internacionales de alimentos y energía han mostrado episodios de volatilidad.

    Sin embargo, un sol más fuerte también puede restar competitividad a las exportaciones, sobre todo en sectores clave como la agroindustria y la minería. En un país donde los ingresos externos son determinantes para la recaudación fiscal y el crecimiento, esta apreciación del sol puede convertirse en un arma de doble filo.

    Mirando hacia adelante.

    Si la FED confirma un recorte en septiembre, el dólar podría mantener la tendencia bajista en Perú. No obstante, factores internos como la estabilidad política, la inversión privada y las expectativas de crecimiento seguirán jugando un rol clave en el comportamiento del tipo de cambio. En otras palabras: el mercado cambiario peruano se mantiene en un delicado equilibrio entre lo que decida Washington y lo que ocurra en Lima.

  • MEF TRAZA LA RUTA 2026-2029: ¿CÓMO SE MOVERÁ LA ECONOMÍA PERUANA Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL DÓLAR?

    MEF TRAZA LA RUTA 2026-2029: ¿CÓMO SE MOVERÁ LA ECONOMÍA PERUANA Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL DÓLAR?

    Una hoja de ruta para cuatro años.

    El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publicó el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2026-2029, el documento que funciona como brújula para anticipar la evolución de la economía peruana en los próximos cuatro años. Esta guía no solo marca las proyecciones de crecimiento, empleo, inversión y cuentas fiscales, sino que además sirve como base para diseñar el Presupuesto Nacional.

    Crecimiento sostenido, pero moderado.

    Según el MEF, el PBI peruano crecerá 3,5 % en 2025 y 3,2 % en 2026, manteniendo luego un ritmo cercano al 3,2 % anual entre 2027 y 2029. El motor principal será la inversión privada, destacando los grandes proyectos mineros y de infraestructura, como la Línea 2 del Metro de Lima. Estos sectores, históricamente, son los que más empujan el crecimiento y generan empleo en cadena.

    El mundo, un factor decisivo.

    El Perú no avanza en solitario. El MEF advierte que la economía mundial crecerá 2,8 % en 2025, afectada por las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, los conflictos en Medio Oriente y los riesgos del cambio climático. Sin embargo, hay un respiro: los precios internacionales de los metales (como cobre y oro) se mantienen altos, lo que representa un colchón de ingresos clave para nuestro país.

    Finanzas públicas bajo la lupa.

    El Gobierno asegura que seguirá una política fiscal prudente: el déficit fiscal se reduciría de 2,2 % del PBI en 2025 hasta 1 % en 2028, mientras que la deuda pública se mantendría cerca del 30 % del PBI en 2029, uno de los niveles más bajos de la región.

    No obstante, el Consejo Fiscal lanzó una advertencia: en 2024 el déficit del Sector Público No Financiero alcanzó 3,5 % del PBI, superando el límite de 2,8 % y marcando un incumplimiento por segundo año consecutivo de las reglas fiscales. Este dato genera dudas sobre la verdadera disciplina fiscal del país.

    Las prioridades del Estado.

    El MMM establece medidas concretas para dinamizar la economía:

    • Asociaciones Público-Privadas (APP) y Obras por Impuestos para acelerar proyectos en educación, salud, transporte y saneamiento.
    • 25 proyectos de irrigación valorizados en más de US$ 24 mil millones, que ampliarían la frontera agrícola en un millón de hectáreas, destacando Chinecas, Chancay–Lambayeque y Chavimochic III.
    • Grandes obras de infraestructura estratégica como la segunda etapa del Puerto de Chancay y nuevas líneas de metro en Lima.
    • Proyectos mineros de alto impacto como Yanacocha Sulfuros, Los Chancas, Haquira, Zafranal y Tía María.

    ¿Qué significa esto para el tipo de cambio en Perú?

    Las proyecciones del MMM tienen un impacto directo en el tipo de cambio. Si la inversión minera y de infraestructura fluye como está previsto, ingresarán dólares frescos al país, lo que podría fortalecer al sol en el mediano plazo. Esto beneficiaría a los importadores y ayudaría a contener la inflación, pero al mismo tiempo podría reducir la competitividad de las exportaciones no tradicionales.

    Por otro lado, los riesgos fiscales y la incertidumbre política interna pueden generar episodios de volatilidad cambiaria. Una pérdida de credibilidad en el manejo de las cuentas públicas o tensiones políticas podrían empujar nuevamente la demanda de dólares, debilitando al sol.

    El MMM 2026-2029 muestra un escenario de crecimiento moderado y con bases en la inversión privada, pero con retos fiscales y políticos que podrían marcar la diferencia entre estabilidad y volatilidad. Para los peruanos, el resultado se reflejará no solo en el empleo y los servicios públicos, sino también en el bolsillo de quienes dependen del dólar en su día a día.

  • UN PRESUPUESTO HISTÓRICO 2026: MÁS INVERSIÓN, MÁS PERÚ

    UN PRESUPUESTO HISTÓRICO 2026: MÁS INVERSIÓN, MÁS PERÚ

    El Ejecutivo aprobó el Presupuesto Público 2026, que asciende a S/ 257,562 millones, reflejando un crecimiento del 2.2 % frente al año anterior. Este incremento no es menor: representa la apuesta del Estado por fortalecer la descentralización, cerrar brechas sociales y apostar por grandes proyectos de infraestructura que marcarán el rumbo económico del país.

    Descentralización con más recursos.

    Uno de los puntos más destacados es el aumento de los fondos para gobiernos regionales y locales, que crecerán 8.6 % y 3 %, respectivamente. Esto implica que regiones y municipios contarán con mayores herramientas para ejecutar obras, mejorar servicios y atender directamente las demandas ciudadanas. El FONCOMUN (Fondo de Compensación Municipal) también recibirá un refuerzo, generando un impacto directo en la gestión de los gobiernos subnacionales.

    Sectores que impulsan el crecimiento.

    El Presupuesto 2026 prioriza sectores estratégicos que inciden directamente en el desarrollo económico y social:

    • Educación: más de S/ 19,600 millones destinados a remuneraciones docentes y al avance de proyectos como las Escuelas Bicentenario.
    • Salud: más de S/ 4,700 millones para fortalecer hospitales y garantizar la continuidad del aseguramiento universal.
    • Transporte: inversión clave en el Metro de Lima y Callao (Líneas 1 y 2, e inicio de las Líneas 3 y 4), además del Ferrocarril Lima–Ica.
    • Seguridad ciudadana: cerca de S/ 6,000 millones para mejorar el equipamiento policial y combatir la criminalidad.

    En palabras del ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez-Reyes, este presupuesto busca consolidar la visión de un Estado moderno y descentralizado, con prioridades claras y un foco en la reducción de brechas sociales.

    Impacto en la economía peruana.

    La expansión presupuestal no solo tiene efectos sociales, sino también económicos y financieros. Una mayor inversión pública dinamiza la demanda interna, genera empleo y atrae confianza empresarial. Sin embargo, también plantea el reto de mantener el equilibrio fiscal en un escenario global aún incierto.

    En cuanto al tipo de cambio, el presupuesto puede tener un doble efecto:

    1. Fortalecimiento del sol: Una ejecución eficiente de obras y proyectos genera confianza en los inversionistas, atrayendo capital extranjero y elevando la demanda por activos en moneda local.
    2. Presión inflacionaria y fiscal: Si la expansión del gasto no se acompaña de una recaudación adecuada, podría aumentar el déficit fiscal, generando incertidumbre en los mercados y presionando al alza el dólar.

    El comportamiento final dependerá de la capacidad del Estado para ejecutar el gasto con eficiencia y de cómo reaccione el mercado internacional frente a la economía peruana.

  • CHINA Y EE. UU. RETOMAN EL AJEDREZ COMERCIAL: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA PERÚ Y EL DÓLAR?

    CHINA Y EE. UU. RETOMAN EL AJEDREZ COMERCIAL: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA PERÚ Y EL DÓLAR?

    Un viaje clave en medio de la tensión.

    En medio de un frágil alto al fuego arancelario, Li Chenggang —principal negociador comercial de China— llega a Washington con la misión de explorar un terreno común con Estados Unidos. Aunque la visita no forma parte de una mesa formal de negociación, su sola confirmación ha encendido las expectativas de los mercados, que siguen atentos a cada movimiento entre las dos mayores economías del planeta.

    Detrás de esta visita está la prórroga de 90 días acordada en agosto, que mantiene en vigor aranceles del 30% a productos chinos y del 10% a bienes estadounidenses. La gran incógnita es si este armisticio se prolongará o si Donald Trump, en su regreso a la Casa Blanca, optará por reactivar la escalada con nuevos gravámenes.

    Minoristas en guardia y productores al límite.

    Mientras los retailers estadounidenses apuran compras para no quedarse desabastecidos en la temporada navideña, las fábricas chinas viven en modo supervivencia. La dependencia del mercado norteamericano sigue siendo enorme y un aumento de tarifas por encima del 35% pondría en jaque la viabilidad de muchos exportadores.

    El trasfondo es claro: si Trump cumple sus amenazas de aranceles del 200% sobre las tierras raras —materiales estratégicos para la tecnología y la defensa—, las cadenas de suministro globales se verían sacudidas, elevando los costos de sectores clave como la electrónica, los autos eléctricos y la industria militar.

    La agricultura como punto de fricción.

    La soja se ha convertido nuevamente en el epicentro del conflicto. Con aranceles del 23%, los agricultores estadounidenses ven cómo China reduce sus compras, dejándolos en una situación compleja. A su vez, Pekín evalúa usar la carta agrícola para obtener mejores condiciones: reducción de aranceles y acceso a tecnologías de punta.

    El recuerdo del acuerdo “Fase 1” de 2020, donde China aumentó sus importaciones para calmar las aguas, vuelve al debate, aunque esta vez el gigante asiático busca una negociación en mejores términos.

    Impacto en Perú: el sol en la mira.

    La tensión comercial entre las dos superpotencias no es un tema ajeno a Perú. Sus efectos se transmiten a través de los precios de las materias primas y del tipo de cambio:

    • Cobre y oro bajo presión: Una guerra arancelaria tiende a encarecer costos y frenar la demanda global, lo que afectaría los precios del cobre, principal producto de exportación peruano. Si el cobre cae, la balanza comercial de Perú se resiente.
    • Dólar más fuerte, sol más débil: En escenarios de incertidumbre, los inversionistas buscan refugio en el dólar. Eso presionaría al alza el tipo de cambio en Perú, pudiendo superar temporalmente el umbral de S/ 3.80 – 3.90.
    • Volatilidad para empresas e importadores: Un sol más débil encarece combustibles, maquinaria y bienes importados, impactando directamente en la inflación local y en los costos empresariales.
    • Oportunidades en el oro: En contraste, el oro —otro producto clave del Perú— suele beneficiarse como activo refugio en tiempos de tensión, lo que podría amortiguar el golpe en las cuentas externas.

    Perú entre riesgos y oportunidades.

    El viaje de Li Chenggang a Washington es más que una visita diplomática: es un episodio de un pulso que definirá los precios globales, el rumbo del dólar y el comportamiento de los mercados emergentes. Para Perú, significa una moneda más volátil, riesgos sobre el cobre, pero también una oportunidad en el oro.

    En este tablero global, el sol peruano se convierte en una ficha más del ajedrez comercial entre China y Estados Unidos.