Los mercados han estado en vilo durante semanas debido a la incertidumbre generada por la errática política económica de Donald Trump. Un indicador de la Reserva Federal ha encendido las alarmas al mostrar las primeras señales de un impacto real en la economía de Estados Unidos. Las proyecciones del PIB en tiempo real se han desplomado, pasando de un crecimiento del 2,3 % a un -1,5 % el viernes 28 de febrero, en un contexto de desaceleración del consumo y un incremento acelerado de las importaciones por temor a los aranceles.
Las cifras presentadas el viernes 28 de febrero por la FED de Atlanta son inusuales. En solo unos días, sus proyecciones han caído casi 4 puntos, pasando abruptamente de un crecimiento moderado-alto, similar al estimado por el banco central en su reunión de diciembre, a una recesión súbita y pronunciada.
El ‘Efecto Trump’ hunde el crecimiento de EE.UU.
Este cambio drástico se debe principalmente a dos factores. En primer lugar, las familias están preocupadas y han reducido su gasto. El consumo de bienes básicos como alimentos, ropa y gasolina, que hace dos semanas crecía un 3 %, ahora ha caído un 0,5 %. Las encuestas recientes sobre la confianza de los consumidores ya apuntaban a una fuerte caída, con expectativas futuras en niveles propios de una recesión. Estos datos sugieren que el temor ya se está reflejando en la actividad comercial.
El otro factor detrás de esta caída es el fuerte aumento de las importaciones, que han crecido en aproximadamente 300.000 millones de dólares. El incremento interanual en la compra de bienes del extranjero se ha disparado casi seis veces, pasando de un 5,4 % a un 29,7 %, en lo que parece ser una acumulación de emergencia ante el temor de que Trump cumpla sus amenazas e imponga aranceles a las importaciones. Todo indica que las empresas están abasteciéndose para resistir lo máximo posible, a la espera de que Trump termine firmando algún acuerdo comercial en los próximos meses que haga que la mayoría de esos aranceles queden sin efecto. Como resultado, los inventarios empresariales han aumentado de 24.000 millones a 31.000 millones de dólares.
A esto se suma la fuerte caída en las exportaciones de bienes, que han pasado de un crecimiento del 3,1 % a una contracción del -1,5 % interanual. Si bien los aranceles de represalia impuestos por China podrían estar influyendo, no se descarta que parte de esta reducción sea consecuencia de un boicot por parte de los consumidores extranjeros. En Canadá, por ejemplo, se ha impulsado un movimiento para evitar la compra de productos estadounidenses, y algunos supermercados ya están identificando estos artículos para disuadir a los clientes de adquirirlos.
Mercados inestables debido al indicador de la FED.
Tras la publicación de estos datos, la rentabilidad del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años llegó a caer hasta 4 puntos básicos, aunque luego mostró una leve recuperación. Por su parte, Wall Street redujo ligeramente sus ganancias, en una semana marcada por escasos avances en los mercados.
Si bien la estimación de la FED de Atlanta es solo un indicador aproximado, es probable que experimente un repunte en las próximas semanas si el aumento de las importaciones se estabiliza, una vez que las empresas hayan acumulado suficientes suministros. Sin embargo, estos datos envían una señal clara: la economía de EE.UU. no está reaccionando bien a la constante incertidumbre que enfrenta desde el 20 de enero. Los despidos masivos de funcionarios y las amenazas de aranceles están teniendo un impacto inmediato y tangible en el país.
El mayor peligro es que la desconfianza termine convirtiéndose en una profecía autocumplida, donde el temor a una recesión termine generando una crisis real. Y cifras como estas no hacen más que alimentar la preocupación de los consumidores, que ya están en alerta.
Incertidumbre en el tipo de cambio.
La inestabilidad económica en EE.UU., reflejada en la caída de su PIB y el aumento de la incertidumbre por las políticas de Trump, podría generar diversos efectos en el tipo de cambio en Perú. Estos efectos dependerán de cómo los mercados globales reaccionen ante la situación.
- Mayor aversión al riesgo y fortalecimiento del dólar.
La incertidumbre económica suele provocar que los inversionistas busquen activos seguros, como el dólar y los bonos del Tesoro de EE.UU. Si esto ocurre, el dólar se fortalecería a nivel global, lo que presionaría al alza su precio en Perú. - Posible debilitamiento del dólar por recesión en EE.UU.
Si los datos negativos continúan y los mercados consideran que EE.UU. se acerca a una recesión, la Reserva Federal podría reducir las tasas de interés. Esto haría menos atractivo invertir en dólares, debilitando la moneda. En este escenario, el sol peruano podría apreciarse levemente frente al dólar. - Impacto en el comercio y la balanza de pagos de Perú.
La caída en las exportaciones de EE.UU. y la incertidumbre global podrían afectar los precios de los commodities, reduciendo los ingresos de Perú por exportaciones. Menos dólares en la economía peruana significaría una menor oferta de divisas, lo que llevaría a un aumento del tipo de cambio. - Salida de capitales y presión al alza del dólar en Perú.
Si la inestabilidad en Wall Street genera nerviosismo entre los inversionistas, algunos podrían retirar capitales de mercados emergentes como Perú. Esta salida de divisas aumentaría la demanda de dólares, impulsando su precio en el país.
Fuente: ElEconomista.
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