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  • LA FED INICIA RECORTE DE TASAS: ¿UN RESPIRO PARA LA ECONOMÍA GLOBAL Y UN RETO PARA EL PERÚ?

    LA FED INICIA RECORTE DE TASAS: ¿UN RESPIRO PARA LA ECONOMÍA GLOBAL Y UN RETO PARA EL PERÚ?

    El primer movimiento desde diciembre.

    La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) dio el primer paso hacia una política monetaria más flexible al reducir su tasa de referencia en 0.25 puntos porcentuales, llevándola al rango de 4% a 4.25%. Este es el primer ajuste a la baja en casi un año y marca el inicio de un ciclo en el que se esperan dos recortes adicionales antes de que termine 2025.

    La decisión refleja un cambio de prioridades: si bien la inflación sigue siendo un riesgo latente, el enfriamiento del mercado laboral estadounidense se ha convertido en el factor más determinante en la agenda de Jerome Powell y sus colegas.

    Un debate dentro de la FED.

    Aunque la medida fue respaldada por la mayoría, no hubo unanimidad. Stephen Miran, recientemente incorporado a la junta, abogó por un recorte más agresivo de medio punto. En contraste, Christopher Waller y Michelle Bowman apoyaron el ritmo gradual que finalmente se aprobó.

    El comunicado oficial reconoció que el empleo muestra señales de fatiga: la tasa de desempleo subió y la creación de puestos de trabajo se desaceleró. La FED remarcó que sigue atenta a su doble mandato: controlar la inflación sin descuidar el pleno empleo.

    Powell: un equilibrio delicado.

    En su mensaje, Jerome Powell describió el escenario actual como “desafiante”. Explicó que los riesgos inflacionarios a corto plazo siguen presentes, pero al mismo tiempo los indicadores laborales se deterioran.

    Sobre el impacto de los aranceles impulsados por la administración de Donald Trump, Powell minimizó su efecto inflacionario: serían más bien un choque de precios único, absorbido por las cadenas de suministro y no tanto por los consumidores.

    Además, anunció que la FED atraviesa un proceso de ajuste interno con la reducción del 10% de su planilla, devolviendo la estructura de personal a niveles de hace una década.

    Impacto global y para el Perú.

    Un recorte de tasas en Estados Unidos no solo es relevante para Wall Street, sino también para países emergentes como el Perú. Al abaratarse el crédito en dólares y reducirse la rentabilidad de activos estadounidenses, los inversionistas suelen mover capital hacia mercados emergentes en busca de mayor rendimiento.

    Para el Perú, esto podría significar:

    • Mayor entrada de capitales, lo que fortalecería el sol en el corto plazo.
    • Impulso a los precios de metales, ya que los commodities suelen subir cuando el dólar se debilita. Esto beneficiaría directamente a nuestras exportaciones de cobre, oro y zinc.
    • Presión en el tipo de cambio: el sol podría apreciarse si la expectativa de recortes se confirma, situando el dólar por debajo de sus niveles actuales. Sin embargo, si la inflación en EE. UU. se reactiva, la volatilidad regresaría al mercado cambiario.

    En conclusión…

    La FED abre un nuevo capítulo en su política monetaria, intentando equilibrar inflación y empleo en un contexto de tensiones comerciales y fragilidad global. Para el Perú, este movimiento podría traer un respiro cambiario y mejores precios de exportación, aunque la volatilidad no desaparecerá. El reto será aprovechar el viento a favor sin perder de vista que cualquier giro inesperado en Washington puede reconfigurar nuevamente el tablero económico.

  • EL DÓLAR RETROCEDE: EXPECTATIVAS SOBRE LA FED MARCAN LA PAUTA Y PERÚ SIENTE EL IMPACTO

    EL DÓLAR RETROCEDE: EXPECTATIVAS SOBRE LA FED MARCAN LA PAUTA Y PERÚ SIENTE EL IMPACTO

    Un cierre semanal en terreno negativo.

    El tipo de cambio en Perú culminó la semana en S/ 3.523, registrando una caída de 0.28 % frente al viernes anterior. Esta leve depreciación del dólar refleja la creciente incertidumbre en torno a la política monetaria de Estados Unidos y confirma que los movimientos internacionales siguen siendo el principal motor detrás de la cotización del billete verde en nuestro país.

    La FED y su efecto dominó en los mercados.

    La presión bajista sobre el dólar se explica, en gran medida, por la expectativa de que la Reserva Federal (FED) recorte su tasa de interés en su reunión de septiembre. Tras una pausa en julio, los mercados ahora descuentan con casi 90 % de probabilidad un recorte, de acuerdo con la herramienta FedWatch.

    El propio presidente de la FED, Jerome Powell, dejó entrever en Jackson Hole que el debilitamiento del mercado laboral norteamericano puede acelerar esta decisión. El dato más preocupante llegó en agosto: la creación de solo 22,000 empleos, muy por debajo de lo esperado, lo que encendió las alarmas sobre un enfriamiento de la mayor economía del mundo.

    Política y autonomía en la FED: un factor extra de presión.

    A la fragilidad económica se suman dudas sobre la independencia de la Reserva Federal. La nominación de Stephen Miran, cercano a Donald Trump, para integrar la junta de la FED avivó los temores de que el banco central pueda enfrentar presiones políticas en la toma de decisiones. Una FED con menos autonomía aumenta la volatilidad en los mercados internacionales y alimenta la desconfianza de los inversionistas.

    El impacto en Perú: ¿oportunidad o riesgo?

    Para la economía peruana, la caída del dólar tiene un doble efecto. Por un lado, favorece a los importadores, pues abarata los bienes adquiridos en el extranjero y ayuda a moderar la inflación local. Esto resulta especialmente positivo en un contexto en el que los precios internacionales de alimentos y energía han mostrado episodios de volatilidad.

    Sin embargo, un sol más fuerte también puede restar competitividad a las exportaciones, sobre todo en sectores clave como la agroindustria y la minería. En un país donde los ingresos externos son determinantes para la recaudación fiscal y el crecimiento, esta apreciación del sol puede convertirse en un arma de doble filo.

    Mirando hacia adelante.

    Si la FED confirma un recorte en septiembre, el dólar podría mantener la tendencia bajista en Perú. No obstante, factores internos como la estabilidad política, la inversión privada y las expectativas de crecimiento seguirán jugando un rol clave en el comportamiento del tipo de cambio. En otras palabras: el mercado cambiario peruano se mantiene en un delicado equilibrio entre lo que decida Washington y lo que ocurra en Lima.

  • MEF TRAZA LA RUTA 2026-2029: ¿CÓMO SE MOVERÁ LA ECONOMÍA PERUANA Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL DÓLAR?

    MEF TRAZA LA RUTA 2026-2029: ¿CÓMO SE MOVERÁ LA ECONOMÍA PERUANA Y QUÉ SIGNIFICA PARA EL DÓLAR?

    Una hoja de ruta para cuatro años.

    El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publicó el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2026-2029, el documento que funciona como brújula para anticipar la evolución de la economía peruana en los próximos cuatro años. Esta guía no solo marca las proyecciones de crecimiento, empleo, inversión y cuentas fiscales, sino que además sirve como base para diseñar el Presupuesto Nacional.

    Crecimiento sostenido, pero moderado.

    Según el MEF, el PBI peruano crecerá 3,5 % en 2025 y 3,2 % en 2026, manteniendo luego un ritmo cercano al 3,2 % anual entre 2027 y 2029. El motor principal será la inversión privada, destacando los grandes proyectos mineros y de infraestructura, como la Línea 2 del Metro de Lima. Estos sectores, históricamente, son los que más empujan el crecimiento y generan empleo en cadena.

    El mundo, un factor decisivo.

    El Perú no avanza en solitario. El MEF advierte que la economía mundial crecerá 2,8 % en 2025, afectada por las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, los conflictos en Medio Oriente y los riesgos del cambio climático. Sin embargo, hay un respiro: los precios internacionales de los metales (como cobre y oro) se mantienen altos, lo que representa un colchón de ingresos clave para nuestro país.

    Finanzas públicas bajo la lupa.

    El Gobierno asegura que seguirá una política fiscal prudente: el déficit fiscal se reduciría de 2,2 % del PBI en 2025 hasta 1 % en 2028, mientras que la deuda pública se mantendría cerca del 30 % del PBI en 2029, uno de los niveles más bajos de la región.

    No obstante, el Consejo Fiscal lanzó una advertencia: en 2024 el déficit del Sector Público No Financiero alcanzó 3,5 % del PBI, superando el límite de 2,8 % y marcando un incumplimiento por segundo año consecutivo de las reglas fiscales. Este dato genera dudas sobre la verdadera disciplina fiscal del país.

    Las prioridades del Estado.

    El MMM establece medidas concretas para dinamizar la economía:

    • Asociaciones Público-Privadas (APP) y Obras por Impuestos para acelerar proyectos en educación, salud, transporte y saneamiento.
    • 25 proyectos de irrigación valorizados en más de US$ 24 mil millones, que ampliarían la frontera agrícola en un millón de hectáreas, destacando Chinecas, Chancay–Lambayeque y Chavimochic III.
    • Grandes obras de infraestructura estratégica como la segunda etapa del Puerto de Chancay y nuevas líneas de metro en Lima.
    • Proyectos mineros de alto impacto como Yanacocha Sulfuros, Los Chancas, Haquira, Zafranal y Tía María.

    ¿Qué significa esto para el tipo de cambio en Perú?

    Las proyecciones del MMM tienen un impacto directo en el tipo de cambio. Si la inversión minera y de infraestructura fluye como está previsto, ingresarán dólares frescos al país, lo que podría fortalecer al sol en el mediano plazo. Esto beneficiaría a los importadores y ayudaría a contener la inflación, pero al mismo tiempo podría reducir la competitividad de las exportaciones no tradicionales.

    Por otro lado, los riesgos fiscales y la incertidumbre política interna pueden generar episodios de volatilidad cambiaria. Una pérdida de credibilidad en el manejo de las cuentas públicas o tensiones políticas podrían empujar nuevamente la demanda de dólares, debilitando al sol.

    El MMM 2026-2029 muestra un escenario de crecimiento moderado y con bases en la inversión privada, pero con retos fiscales y políticos que podrían marcar la diferencia entre estabilidad y volatilidad. Para los peruanos, el resultado se reflejará no solo en el empleo y los servicios públicos, sino también en el bolsillo de quienes dependen del dólar en su día a día.

  • CHINA Y EE. UU. RETOMAN EL AJEDREZ COMERCIAL: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA PERÚ Y EL DÓLAR?

    CHINA Y EE. UU. RETOMAN EL AJEDREZ COMERCIAL: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA PERÚ Y EL DÓLAR?

    Un viaje clave en medio de la tensión.

    En medio de un frágil alto al fuego arancelario, Li Chenggang —principal negociador comercial de China— llega a Washington con la misión de explorar un terreno común con Estados Unidos. Aunque la visita no forma parte de una mesa formal de negociación, su sola confirmación ha encendido las expectativas de los mercados, que siguen atentos a cada movimiento entre las dos mayores economías del planeta.

    Detrás de esta visita está la prórroga de 90 días acordada en agosto, que mantiene en vigor aranceles del 30% a productos chinos y del 10% a bienes estadounidenses. La gran incógnita es si este armisticio se prolongará o si Donald Trump, en su regreso a la Casa Blanca, optará por reactivar la escalada con nuevos gravámenes.

    Minoristas en guardia y productores al límite.

    Mientras los retailers estadounidenses apuran compras para no quedarse desabastecidos en la temporada navideña, las fábricas chinas viven en modo supervivencia. La dependencia del mercado norteamericano sigue siendo enorme y un aumento de tarifas por encima del 35% pondría en jaque la viabilidad de muchos exportadores.

    El trasfondo es claro: si Trump cumple sus amenazas de aranceles del 200% sobre las tierras raras —materiales estratégicos para la tecnología y la defensa—, las cadenas de suministro globales se verían sacudidas, elevando los costos de sectores clave como la electrónica, los autos eléctricos y la industria militar.

    La agricultura como punto de fricción.

    La soja se ha convertido nuevamente en el epicentro del conflicto. Con aranceles del 23%, los agricultores estadounidenses ven cómo China reduce sus compras, dejándolos en una situación compleja. A su vez, Pekín evalúa usar la carta agrícola para obtener mejores condiciones: reducción de aranceles y acceso a tecnologías de punta.

    El recuerdo del acuerdo “Fase 1” de 2020, donde China aumentó sus importaciones para calmar las aguas, vuelve al debate, aunque esta vez el gigante asiático busca una negociación en mejores términos.

    Impacto en Perú: el sol en la mira.

    La tensión comercial entre las dos superpotencias no es un tema ajeno a Perú. Sus efectos se transmiten a través de los precios de las materias primas y del tipo de cambio:

    • Cobre y oro bajo presión: Una guerra arancelaria tiende a encarecer costos y frenar la demanda global, lo que afectaría los precios del cobre, principal producto de exportación peruano. Si el cobre cae, la balanza comercial de Perú se resiente.
    • Dólar más fuerte, sol más débil: En escenarios de incertidumbre, los inversionistas buscan refugio en el dólar. Eso presionaría al alza el tipo de cambio en Perú, pudiendo superar temporalmente el umbral de S/ 3.80 – 3.90.
    • Volatilidad para empresas e importadores: Un sol más débil encarece combustibles, maquinaria y bienes importados, impactando directamente en la inflación local y en los costos empresariales.
    • Oportunidades en el oro: En contraste, el oro —otro producto clave del Perú— suele beneficiarse como activo refugio en tiempos de tensión, lo que podría amortiguar el golpe en las cuentas externas.

    Perú entre riesgos y oportunidades.

    El viaje de Li Chenggang a Washington es más que una visita diplomática: es un episodio de un pulso que definirá los precios globales, el rumbo del dólar y el comportamiento de los mercados emergentes. Para Perú, significa una moneda más volátil, riesgos sobre el cobre, pero también una oportunidad en el oro.

    En este tablero global, el sol peruano se convierte en una ficha más del ajedrez comercial entre China y Estados Unidos.

  • POWELL ABRE LA PUERTA A UN GIRO HISTÓRICO EN LAS TASAS DE INTERÉS DE LA FED: ¿CÓMO IMPACTA AL PERÚ?

    POWELL ABRE LA PUERTA A UN GIRO HISTÓRICO EN LAS TASAS DE INTERÉS DE LA FED: ¿CÓMO IMPACTA AL PERÚ?

    Un discurso que marca agenda.

    En el esperado simposio de Jackson Hole, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED), sorprendió al admitir que el escenario económico de Estados Unidos podría justificar un recorte de tasas de interés en 2025. Sería la primera baja desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y llega en un contexto en el que los riesgos que enfrenta la economía estadounidense se están transformando rápidamente.

    Powell destacó la resiliencia de la economía norteamericana: un mercado laboral sólido y una inflación que, aunque aún por encima de lo deseado, ha retrocedido notablemente desde los picos de la postpandemia. Sin embargo, también reconoció que los riesgos de inflación se inclinan hacia arriba, mientras que los riesgos para el empleo apuntan hacia abajo, generando un dilema difícil para la FED.

    Los nuevos vientos de la economía global.

    El discurso también puso sobre la mesa factores que están reconfigurando el panorama: la imposición de aranceles más elevados, políticas migratorias más restrictivas que alteran la fuerza laboral y, en el largo plazo, posibles cambios en políticas fiscales y regulatorias que afectarán la productividad. Powell fue claro en que la política monetaria puede suavizar los ciclos económicos, pero tiene poca capacidad de influir en cambios estructurales de fondo.

    Hacia una política más flexible.

    A pesar de la incertidumbre, el líder de la FED recalcó que las tasas están hoy mucho más cerca de un nivel neutral que hace un año, lo que otorga espacio para maniobrar. Esto, sumado a la estabilidad en el desempleo, permite evaluar con cautela un ajuste en la política monetaria durante la segunda mitad de 2025. Powell remarcó que la FED no sigue un guion fijo: las decisiones dependerán de los datos y de cómo evolucione el balance de riesgos.

    Impacto en Perú: alivio para el sol y oportunidades en los mercados.

    Un posible recorte de tasas en EE. UU. tendría repercusiones inmediatas en países emergentes como Perú. Una FED menos agresiva significa un dólar más débil, lo que podría generar:

    • Menor presión sobre el tipo de cambio en Perú, fortaleciendo al sol frente al dólar.
    • Atractivo para capitales extranjeros que buscan mercados con mejores rendimientos, incentivando la inversión en bonos y acciones peruanas.
    • Alivio en el costo del financiamiento externo, favoreciendo tanto al Estado como a las empresas que tienen deudas en dólares.

    En términos prácticos, si el dólar se debilita, los precios de insumos importados y combustibles tenderían a moderarse, ayudando a contener la inflación local. Sin embargo, también implicaría mayor volatilidad en los commodities (como el cobre y el oro), que son clave para el Perú, lo que puede jugar a favor en las exportaciones, pero también generar riesgos de dependencia.

    En otras palabras, la señal de Powell no solo redefine el rumbo económico de EE. UU., sino que abre un capítulo clave para mercados emergentes como el peruano: el tipo de cambio podría entrar en una fase de relativa estabilidad, pero con oportunidades y riesgos que el país deberá saber gestionar.

  • BOLIVIA EN CRISIS: INFLACIÓN, DÉFICIT Y GAS EN CAÍDA… ¿CUÁL ES EL PANORAMA FRENTE A LAS ELECCIONES?

    BOLIVIA EN CRISIS: INFLACIÓN, DÉFICIT Y GAS EN CAÍDA… ¿CUÁL ES EL PANORAMA FRENTE A LAS ELECCIONES?

    La economía boliviana atraviesa una de sus etapas más críticas en décadas. Inflación elevada, escasez de dólares, reservas internacionales en mínimos históricos y un déficit fiscal que no cede desde hace más de diez años, pintan un cuadro complejo justo en medio de unas elecciones que podrían marcar un cambio de rumbo político y económico.

    El economista boliviano Fernando Romero describe este escenario como “delicado y desequilibrado”, con efectos que ya se sienten en la vida diaria: largas filas para conseguir combustible, dificultades para acceder a divisas y un sistema financiero que, según muchos ciudadanos, funciona casi como un corralito.

    Una economía desgastada.

    La inflación acumulada en el primer semestre superó el 15%, y aunque el gobierno proyecta un cierre cercano al 5%, el golpe al poder adquisitivo ya es fuerte. Las reservas de divisas están bajo mínimos y solo el oro sirve hoy como respaldo.

    La deuda pública roza el 90% del PBI y el déficit comercial superó los 500 millones de dólares en solo seis meses, sumando once años consecutivos de números rojos en las cuentas del Estado. El talón de Aquiles es conocido: la excesiva dependencia del gas natural, cuya producción y exportación se han desplomado, mientras el gasto estatal sigue inflado.

    Elecciones y propuestas para salir del atolladero.

    Por primera vez desde la Constitución de 2009, Bolivia irá a segunda vuelta. Los candidatos Tuto Quiroga y Rodrigo Paz representan dos estilos distintos de enfrentar la crisis, aunque ambos coinciden en un punto clave: reducir el tamaño del Estado y ordenar las finanzas públicas.

    • Tuto Quiroga: el “shock” liberal.

    Su plan apuesta por un recorte radical del gasto: reducir ministerios, eliminar viceministerios y reestructurar empresas estatales deficitarias. Quiere además flexibilizar el tipo de cambio, dejarlo en manos del mercado, y lanzar nuevas leyes de hidrocarburos e inversiones para atraer capital extranjero. Su estilo recuerda al de Javier Milei en Argentina: menos burocracia, más confianza en el sector privado y disciplina fiscal.

    • Rodrigo Paz: Ajustes graduales con tinte populista.

    Plantea una redistribución del presupuesto en formato 50/50 entre el gobierno central y las regiones, eliminar la aduana estatal para reemplazarla por una privada y reducir impuestos. Sus medidas son menos agresivas, pero buscan dinamizar el comercio, abrir exportaciones y dar más poder económico a los gobiernos subnacionales.

    Inversión extranjera: la pieza que falta.

    Romero advierte que, sin inversión externa, Bolivia difícilmente logrará salir del estancamiento. Hoy, la inversión extranjera directa apenas representa el 0.5% del PBI, un nivel demasiado bajo para sostener el crecimiento de un país con tantas brechas fiscales.

    El efecto colateral en el Perú: el sol como refugio fronterizo

    La crisis boliviana no solo queda dentro de sus fronteras. En las regiones limítrofes, el sol peruano se ha convertido en un refugio de valor frente a la devaluación del boliviano. Comerciantes y familias lo usan para proteger sus ahorros y como moneda en intercambios, incluso en actividades informales como el contrabando.

    Este fenómeno tiene un doble efecto: mientras fortalece la demanda del sol en la frontera, también presiona el mercado cambiario local. Aunque el impacto todavía es acotado, si la crisis boliviana se agrava, podría aumentar la presión de demanda de soles y dólares en las zonas de intercambio, generando episodios de volatilidad en el tipo de cambio peruano.

    Bolivia se encuentra en un punto de quiebre entre un modelo de ajuste drástico y una reforma más gradualista. Lo que ocurra en su economía no solo marcará su futuro, sino que también tendrá ecos inmediatos en el sur peruano, donde el sol ya se consolida como un escudo frente a la incertidumbre vecina.

  • ELECCIONES 2026: EL TABLERO ECONÓMICO QUE DEFINIRÁ EL PRÓXIMO PRESIDENTE DEL PERÚ

    ELECCIONES 2026: EL TABLERO ECONÓMICO QUE DEFINIRÁ EL PRÓXIMO PRESIDENTE DEL PERÚ

    Un país en cuenta regresiva hacia un año decisivo

    El Perú se encamina a las elecciones generales de 2026 en medio de un contexto económico frágil y sensible a los vaivenes políticos. A partir del segundo semestre de este año, se han empezado a percibir señales que podrían marcar la pauta de la actividad económica y, por ende, influir en la estabilidad del país.
    José Luis Nolazco, economista y docente de la Universidad de Lima, advierte que este no será un proceso electoral cualquiera: los mercados estarán con la lupa puesta en los candidatos, sus propuestas y su postura frente a la economía de mercado.

    💱 El dólar, primer termómetro de la política.

    En períodos preelectorales, el tipo de cambio suele reaccionar antes que cualquier otra variable. Según Nolazco, si los aspirantes mejor posicionados en las encuestas transmiten incertidumbre o muestran una agenda poco amigable con la inversión, el sol podría depreciarse desde niveles cercanos a S/ 3,60 hasta un rango de S/ 3,75 o incluso S/ 3,80.
    En cambio, si las propuestas y perfiles son percibidos como pro mercado y estables, la divisa estadounidense podría mantenerse más controlada.

    Este comportamiento no es nuevo: en anteriores procesos electorales, la sola expectativa sobre quién podría liderar el país ha bastado para que inversionistas ajusten sus posiciones, moviendo el precio del dólar y modificando el flujo de capitales.

    📉 Expectativas empresariales en retroceso.

    Otro patrón recurrente en los años previos a elecciones es el deterioro de la confianza empresarial. El Banco Central de Reserva mide mes a mes las expectativas de inversión y contratación, y suele detectarse una caída significativa meses antes de conocer al nuevo presidente.
    El efecto es en cadena: primero se frena la inversión privada, luego se ralentiza la creación de empleo, el consumo se enfría y finalmente el crecimiento económico pierde fuerza. El lapso entre la caída de expectativas y el impacto real en la economía suele ser de uno a dos trimestres.

    🌏 El frente externo: un 50 % del juego se decide afuera.

    La vulnerabilidad peruana no se limita al terreno doméstico. Alrededor de la mitad del crecimiento del país depende del desempeño de Estados Unidos y China, sus principales socios comerciales.

    En el plano global, la política arancelaria más agresiva de la administración Trump en EE. UU., vigente desde enero de este año, ha generado tensiones y renegociaciones que están enfriando las proyecciones de comercio mundial.

    Si cualquiera de estas dos potencias entra en recesión o reduce su crecimiento, Perú sufriría el golpe: por cada punto menos de crecimiento en EE. UU. o China, el PBI peruano caería aproximadamente 0,5 puntos. El FMI ya ha proyectado un menor avance para ambas economías en 2025, lo que podría condicionar seriamente nuestro desempeño en 2026.

    📌 La agenda que marcará la campaña.

    Nolazco identifica cuatro ejes que los candidatos no podrán evitar en su discurso económico:

    1. Reforma del sistema de pensiones: un debate que ya está en marcha y promete ser un campo de batalla político.
    2. Seguridad ciudadana: un problema transversal que afecta a la inversión y la confianza.
    3. Lucha contra la minería ilegal: clave para proteger la inversión formal y el medio ambiente.
    4. Atracción de grandes inversiones: tanto en minería como en infraestructura de gran escala, fundamentales para dinamizar el crecimiento.

    Aunque algunos sueñan con un crecimiento superior al 3 % en 2026, el consenso es que, sin reformas profundas y estabilidad política, será difícil alcanzar esa meta.

    🔍 ¿Qué significa todo esto para el tipo de cambio y tu bolsillo?

    En un año electoral tan determinante, el tipo de cambio se convertirá en el termómetro más visible de la confianza o el temor de los mercados. Una combinación de candidatos poco claros en materia económica y un entorno internacional debilitado podría llevar al dólar a encarecerse, impactando directamente en los precios de productos importados y en el costo de vida.

    Por el contrario, un escenario con propuestas sólidas y políticas pro inversión podría estabilizar el sol, dar algo de respiro a la inflación y favorecer las importaciones de bienes clave.

    La clave estará en observar, más allá de las promesas, la credibilidad y viabilidad de los planes económicos de quienes aspiran a liderar el país.

  • SANTA ROSA: EL PEQUEÑO PUNTO EN EL AMAZONAS QUE AGITA A DOS NACIONES

    SANTA ROSA: EL PEQUEÑO PUNTO EN EL AMAZONAS QUE AGITA A DOS NACIONES

    Lo que a simple vista parece una isla más en el vasto Amazonas se ha convertido en el nuevo foco de tensión diplomática entre Perú y Colombia. El 5 de agosto, el presidente colombiano Gustavo Petro acusó públicamente a Perú de “ocupar un territorio que es de Colombia”, refiriéndose a Santa Rosa, una formación habitada por unas 3.000 personas.

    La respuesta peruana fue inmediata. El canciller Elmer Schialer aseguró que Santa Rosa es peruana desde hace décadas, al ser parte de la isla Chinería, reconocida como territorio nacional desde 1929. Según Lima, los cambios en el cauce del río Amazonas no alteran las fronteras acordadas, y la infraestructura construida en Santa Rosa —escuela, oficinas de migración y aduanas— es prueba de soberanía.

    Colombia, en cambio, afirma que la isla surgió después del tratado de 1922 y nunca fue formalmente asignada al Perú, por lo que exige reabrir la discusión fronteriza.

    Un río que cambia el mapa.

    El Amazonas no es un río estático. Sedimentos provenientes de los Andes y fenómenos como la deforestación y el cambio climático han modificado su cauce, creando nuevas islas y alterando su dinámica natural. Frente a Leticia, ciudad colombiana vecina a Santa Rosa, el caudal se desplaza cada vez más hacia el lado peruano.

    Estudios recientes advierten que para 2030 el río podría dejar de pasar frente a Leticia durante gran parte del año, aislando su acceso fluvial y afectando gravemente su comercio. Para Colombia, esto no es solo un asunto territorial: es la supervivencia de su puerto amazónico.

    ¿Por qué Santa Rosa importa económicamente al Perú?

    Más allá de la geopolítica, la disputa tiene un claro trasfondo económico. Mantener el control de Santa Rosa significa asegurar un nodo estratégico en las rutas comerciales fluviales que conectan con Brasil y Colombia.

    Para Loreto, esta presencia fortalece actividades como el turismo amazónico y la pesca que, aunque no mueven grandes cifras a nivel nacional, son vitales para el empleo y el sustento local. Además, la isla representa un punto de control clave frente al tráfico ilegal y al comercio transfronterizo informal.

    El riesgo para la economía y la diplomacia peruana.

    Si la tensión escala, podría impactar las relaciones comerciales con Colombia dentro de la Comunidad Andina, ralentizando acuerdos, frenando inversiones en zonas de frontera y dificultando la cooperación en seguridad y conservación del Amazonas.

    En el plano macroeconómico, una disputa prolongada podría deteriorar la percepción de estabilidad política en la región, un factor que los mercados financieros no ignoran. Esto, en escenarios de mayor incertidumbre, podría ejercer presión sobre el tipo de cambio y aumentar el costo de financiamiento internacional para el país.

    Más que una isla: un termómetro geopolítico.

    Santa Rosa no es simplemente un fragmento de tierra en medio del río. Es un símbolo de soberanía, un punto estratégico de comercio y un recordatorio de que los mapas no siempre son permanentes. Lo que ocurra aquí será clave para definir si Perú y Colombia fortalecen su cooperación o vuelven a sumergirse en una relación marcada por la desconfianza.

  • DÉFICIT COMERCIAL DE EE. UU. EN SU PUNTO MÁS BAJO DESDE 2023: ¿SEÑAL DE ENFRIAMIENTO ECONÓMICO GLOBAL?

    DÉFICIT COMERCIAL DE EE. UU. EN SU PUNTO MÁS BAJO DESDE 2023: ¿SEÑAL DE ENFRIAMIENTO ECONÓMICO GLOBAL?

    Menos importaciones, menos movimiento: la economía estadounidense desacelera con impacto en sus socios.

    El comercio exterior estadounidense ha dado un giro inesperado. En junio, el déficit comercial de EE. UU. se redujo drásticamente, alcanzando su nivel más bajo desde septiembre de 2023. La razón principal no fue un aumento de las exportaciones, sino una caída significativa en las importaciones, lo que revela una dinámica preocupante: la demanda interna se está debilitando.

    Según datos recientes del Departamento de Comercio, el déficit de bienes y servicios cayó un 16% respecto a mayo, situándose en US$60.200 millones, por debajo de lo que anticipaban los economistas. La baja en las importaciones [que retrocedieron 3,7%] estuvo encabezada por una menor demanda de bienes de consumo, insumos industriales y vehículos. De hecho, las compras de productos del exterior retrocedieron a niveles que no se veían desde marzo de 2024, mientras que las exportaciones también cayeron, pero en menor proporción.

    ¿Reacción o prevención? Las empresas se cubren ante la tormenta arancelaria.

    Este retroceso en las importaciones parece haber sido impulsado por una ola anticipada de compras en el primer trimestre, cuando muchas compañías se apresuraron a abastecerse ante el temor de nuevos aranceles masivos anunciados por la administración Trump en abril. Posteriormente, algunos de estos gravámenes fueron suavizados o postergados, dando cierto alivio temporal.

    No obstante, esta caída no es señal de optimismo. Por el contrario, muestra cómo la incertidumbre comercial y los costos crecientes están reconfigurando las decisiones empresariales, generando efectos colaterales sobre la producción, la inversión y las cadenas globales.

    China, México y Canadá: déficit bilateral en descenso.

    Otro punto clave del informe fue la caída del déficit comercial con los principales socios de EE. UU. Las cifras muestran que el desequilibrio con China alcanzó su menor nivel desde 2009, mientras que el déficit con México retrocedió tras haber tocado un récord en mayo. También se redujo el déficit con Canadá, a niveles no vistos desde 2020.

    Esto puede interpretarse como resultado directo de la estrategia proteccionista de Washington, que viene impulsando la sustitución de importaciones en sectores clave como la energía, los semiconductores y los productos farmacéuticos.

    🌎 ¿Cómo repercute esto en Perú?

    Aunque estos cambios parecen lejanos, el comercio entre Perú y EE. UU. podría verse impactado de forma significativa. Estados Unidos es uno de nuestros principales destinos de exportación, y un menor dinamismo en su economía puede traducirse en una reducción de la demanda de productos peruanos, especialmente en sectores como agroindustria, minería y textiles.

    Además, si el nuevo paquete arancelario que se prepara en Washington incluye productos en los que Perú participa indirectamente [como minerales críticos o insumos industriales], las consecuencias podrían ser aún más amplias, afectando precios y condiciones de acceso.

    💱 ¿Y el tipo de cambio? La volatilidad se asoma.

    Para el tipo de cambio en Perú, esta coyuntura genera un escenario de alta sensibilidad. Si la economía de EE. UU. se desacelera, podría llevar a la Reserva Federal a reconsiderar sus políticas monetarias, con posibilidad de bajar las tasas de interés hacia fines de 2025. Esto debilitaría al dólar a nivel global, lo que daría cierto respiro al sol peruano, ayudando a contener presiones inflacionarias y estabilizar importaciones.

    Pero ojo: si la guerra comercial se intensifica y se amplían los aranceles, los flujos de capital podrían volverse más volátiles y aumentar la aversión al riesgo, lo que en países emergentes como Perú suele traducirse en una salida de dólares y mayor presión sobre el tipo de cambio.

    📌 La brecha de EE. UU. se cierra, pero abre interrogantes globales.

    La reducción del déficit comercial estadounidense no debe celebrarse a la ligera: no es fruto de un crecimiento sostenido, sino reflejo de una economía que se enfría. Para el Perú, esto representa una llamada de atención. Necesitamos diversificar destinos, prepararnos para escenarios de menor demanda externa, y sobre todo monitorear de cerca el impacto que este reacomodo comercial global tendrá sobre el dólar, nuestras exportaciones y nuestra economía interna.

  • TRUMP MUEVE EL TABLERO GLOBAL: ARANCELES GOLPEAN EXPORTACIONES PERUANAS Y AUMENTAN PRESIÓN SOBRE EL TIPO DE CAMBIO

    TRUMP MUEVE EL TABLERO GLOBAL: ARANCELES GOLPEAN EXPORTACIONES PERUANAS Y AUMENTAN PRESIÓN SOBRE EL TIPO DE CAMBIO

    📉 El TLC ya no es garantía: nuevas barreras para productos peruanos.

    El comercio exterior peruano enfrenta un nuevo obstáculo. Las recientes decisiones arancelarias de Estados Unidos, promovidas por el presidente Donald Trump, han comenzado a afectar directamente a sectores clave de la oferta exportadora nacional, incluso a aquellos productos que estaban protegidos bajo el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre ambos países.

    Entre las medidas más controversiales destaca la imposición de un 10% adicional a productos peruanos que ya cumplían con los requisitos del TLC, lo que ha encendido las alarmas en diversos gremios empresariales.

    🎙️ Voz experta: Perú bajo amenaza comercial.

    Desde el Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de ADEX (CIEN-ADEX), el economista Edgar Vásquez ha advertido que esta situación representa una distorsión grave en las reglas del comercio bilateral. Para él, Trump se está comportando como “ese jugador que cambia las reglas cuando el marcador no le favorece”, y sus decisiones están generando un entorno de alta incertidumbre comercial.

    Si bien algunos países como Vietnam y Camboya han logrado reducciones de sus aranceles gracias a negociaciones bilaterales, Perú no ha logrado avances similares, a pesar de que mantiene un déficit comercial con Estados Unidos superior a los 1,200 millones de dólares en el primer semestre del año. Es decir, compramos más de lo que vendemos, y aun así nuestros productos están siendo penalizados.

    Joyas, cobre y madera: sectores golpeados.

    Los primeros impactos no se han hecho esperar. El sector joyero, por ejemplo, ha experimentado una caída dramática en sus envíos a EE.UU., con una reducción mensual cercana al 90%, arrastrado tanto por los nuevos aranceles como por los altos precios del oro. Otros rubros perjudicados incluyen productos forestales y ciertas partidas de cobre refinado, que también han sido alcanzadas por el gravamen del 10%.

    Mientras Chile ya ha iniciado conversaciones formales con Washington para proteger sus exportaciones de cobre, Perú aún no ha tomado medidas concretas, lo que podría traducirse en una pérdida de competitividad frente a nuestros vecinos.

    🌐 Europa le gana terreno a EE.UU.

    En medio de esta reconfiguración comercial, la Unión Europea ha superado a Estados Unidos como el segundo mayor destino de exportaciones peruanas, gracias a la alta demanda de concentrados de cobre. Aun así, EE.UU. sigue siendo un socio clave, particularmente para productos agrícolas como la uva, que sigue liderando las exportaciones hacia ese mercado.

    Sin embargo, el panorama se torna más incierto con el ruido político al interior de Estados Unidos y la falta de claridad en sus decisiones comerciales. Algunas empresas ya están evaluando relocalizar operaciones para evitar este nuevo clima de riesgo regulatorio.

    💱 ¿Y el tipo de cambio en Perú?

    Las decisiones proteccionistas de EE.UU. podrían ejercer presiones adicionales sobre el tipo de cambio en Perú. Si los exportadores peruanos pierden acceso competitivo al mercado estadounidense, disminuiría la entrada de dólares al país, afectando la oferta de divisas en el mercado local.

    Este efecto —de no ser compensado por mayores exportaciones a otros destinos o por inversión extranjera— podría fortalecer al dólar frente al sol, encareciendo importaciones y aumentando el costo de vida en el mediano plazo.

    Además, la falta de una respuesta rápida del gobierno peruano podría intensificar la salida de capitales, no solo comerciales, sino también de empresas que buscan entornos más previsibles. En conjunto, estos factores podrían generar mayor volatilidad en el mercado cambiario, precisamente cuando el país necesita estabilidad para apuntalar su recuperación económica.

    La política comercial de Trump ha puesto en jaque el esquema de preferencias que Perú disfrutaba con EE.UU. bajo el TLC. El desafío ahora es político y técnico: reactivar el canal diplomático y defender los intereses del país en la mesa de negociaciones.