📊 Fortaleza cambiaria en tiempos de incertidumbre
En un contexto global marcado por tensiones comerciales, ajustes en la política monetaria estadounidense y ciclos electorales complejos en América Latina, el sol peruano se ha convertido en una de las monedas más sólidas del continente. En lo que va del año, se ha apreciado cerca de 5%, respaldado por fundamentos económicos robustos como un superávit comercial de más de US$ 27 mil millones, precios de exportación favorables y una inflación controlada.
Este comportamiento ha colocado a la moneda nacional como un refugio regional, superando a otras divisas que han sufrido mayores presiones por factores externos e internos. La combinación de políticas económicas prudentes y una demanda interna activa ha jugado a favor del desempeño cambiario del Perú.
🌍 Contexto internacional: luces y sombras
A pesar del endurecimiento del discurso proteccionista en Estados Unidos [con nuevos aranceles que están encareciendo las importaciones] el crecimiento global sigue adelante, aunque con menor velocidad. Las previsiones apuntan a un avance del 2.8% en 2025 y un 3.1% para 2026, con China liderando la expansión tras una revisión al alza de su crecimiento a 4.6%. América Latina también contribuye con una proyección regional del 2.9%.
En contraste, la economía estadounidense muestra signos de desaceleración. Su crecimiento este año se estima por debajo del 1.6%, mientras que la inflación comienza a repuntar por los mayores costos de importación. Esto ha llevado a postergar posibles recortes de tasas por parte de la Reserva Federal hasta fines de 2025, con mayor flexibilización esperada recién en 2026.
📈 Perú: crecimiento firme, pero con cautela
En el frente doméstico, la economía peruana creció 3.9% en el primer trimestre del año, impulsada por una demanda interna sólida y una coyuntura política relativamente estable. Para el resto del 2025, se prevé una expansión de 3.1%, aunque con un ritmo más lento en la segunda mitad del año. Las perspectivas para 2026 apuntan a un crecimiento del 2.7%, en parte por una caída en la inversión pública y un clima electoral que podría frenar decisiones del sector privado.
Desde el punto de vista fiscal, el déficit se proyecta en 2.7% del PBI para este año, una cifra manejable en comparación con otros países de la región. La deuda pública seguiría debajo del 34% del PBI hacia 2026, aunque se advierte que ciertas iniciativas legislativas recientes podrían presionar al alza el gasto público si no se moderan a tiempo.
🏦 BCRP: flexibilidad monetaria con prudencia
El Banco Central de Reserva del Perú ha mantenido su tasa de referencia en 4.5%, un nivel considerado neutral, aunque con espacio para futuros recortes si la inflación sigue retrocediendo. Actualmente, se espera que la inflación promedio se ubique entre 1.5% y 2.0% en el tercer trimestre, y cierre el año cerca del 2.2%.
El hecho de que el BCRP haya retirado su referencia a un “nivel neutral” sugiere una mayor disposición a flexibilizar la política monetaria, dependiendo del comportamiento de los precios y del crecimiento. Esto podría traducirse en tasas más bajas hacia fines de 2025 si las condiciones lo permiten, favoreciendo el crédito y la inversión.
💱 ¿Qué significa todo esto para el tipo de cambio?
La apreciación del sol refleja confianza en los fundamentos macroeconómicos del Perú. El control inflacionario, junto con un comercio exterior favorable, ha reducido la presión sobre el dólar, lo que mantiene la cotización cambiaria en niveles estables e incluso ligeramente a la baja.
Si este escenario se mantiene, los inversionistas extranjeros podrían seguir viendo al Perú como un destino atractivo, lo que permitiría un mayor ingreso de capitales y, con ello, una posible continuidad en la valorización del sol. Sin embargo, cualquier señal de desorden fiscal o de inestabilidad política podría revertir esta tendencia, por lo que el equilibrio macroeconómico deberá cuidarse con rigor.
📌 El Perú destaca en medio del ruido.
En tiempos de alta volatilidad regional, el sol peruano se mantiene fuerte y confiable. Este desempeño no es producto del azar, sino del resultado de años de disciplina fiscal, una política monetaria creíble y un entorno comercial aún competitivo. Sin embargo, los desafíos no han desaparecido: la clave estará en mantener este equilibrio ante un mundo cambiante y un panorama político interno que puede volverse más incierto.

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