VUELVE LA DIPLOMACIA COMERCIAL: TRUMP Y XI REABREN NEGOCIACIONES CLAVE PARA LA ECONOMÍA GLOBAL

En un contexto de prolongadas tensiones entre las dos mayores economías del mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, reactivaron el canal de comunicación directa con una llamada telefónica centrada exclusivamente en temas comerciales. El contacto – solicitado por Trump, según medios estatales chinos – busca reimpulsar las negociaciones tras semanas de fricciones que han generado incertidumbre global.

Se recuperan los lazos comerciales entre ambas potencias económicas.

Ambos líderes evitaron tratar temas geopolíticos sensibles como la guerra en Ucrania o la situación en Medio Oriente. En cambio, se enfocaron en restablecer la confianza para avanzar en acuerdos económicos. Según Trump, la conversación giró “casi totalmente en torno al comercio”, destacando un enfoque pragmático por parte de ambas potencias. Incluso se invitó mutuamente a realizar visitas de Estado, en un gesto diplomático que busca proyectar estabilidad.

Este acercamiento se produce luego de que, en mayo, ambas naciones alcanzaran una tregua en Ginebra que redujo temporalmente los aranceles. Estados Unidos bajó sus tarifas sobre productos chinos del 125 % al 30 %, mientras que China redujo sus tasas del 145 % al 10 % sobre productos estadounidenses. No obstante, la semana pasada, Washington volvió a elevar el tono al acusar a China de incumplir con ciertos compromisos del acuerdo, en especial aquellos relacionados con la transferencia de tecnología y subsidios estatales encubiertos.

Pese a los desencuentros, Trump se mostró esperanzado tras el diálogo y anunció que los equipos técnicos de ambos países se reunirán para continuar con las conversaciones. También subrayó que el suministro de tierras raras – minerales clave para la industria tecnológica – “ya no debería generar preocupaciones”, lo que sugiere avances en un sector particularmente sensible en esta guerra comercial.

¿Por qué esto importa para Perú?

Aunque a primera vista pueda parecer un conflicto lejano, las tensiones y distensiones comerciales entre EE. UU. y China generan repercusiones en los mercados emergentes como el peruano. En periodos de hostilidad, los inversores suelen buscar refugio en monedas fuertes como el dólar, provocando una apreciación de esta divisa frente a monedas locales, incluyendo el sol peruano. Esto incrementa el costo de importaciones y puede presionar al alza la inflación en Perú.

En contraste, la reactivación del diálogo entre ambas potencias reduce la percepción de riesgo global, fortaleciendo la confianza de los mercados financieros. Esta mayor estabilidad podría aliviar la presión sobre el tipo de cambio en Perú, favoreciendo una moderación del dólar y, por ende, un entorno más propicio para las inversiones y la planificación empresarial.

Además, una tregua comercial sostenida favorecería la recuperación de la demanda global por materias primas, de las cuales Perú es un importante exportador —como el cobre, el zinc y la plata—. Esto no solo impulsa los ingresos por exportación, sino que también mejora las reservas internacionales del país, fortalece el sol y permite una mayor previsibilidad en la política monetaria.

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