La reciente aprobación del dictamen que crea la Zona Económica Especial Privada (ZEEP) de Chancay marca un hito en la política económica del país. Esta iniciativa, impulsada desde el Congreso y liderada por el congresista Roberto Sánchez, busca incentivar la inversión privada en sectores industriales, comerciales y de servicios, a través de beneficios tributarios y facilidades aduaneras.
Uno de los principales atractivos es la exoneración del Impuesto a la Renta (IR) durante los primeros siete años para empresas que se instalen en esta zona. Luego de ese período, se aplicará una tasa del 15% tanto en el régimen general como en el régimen MYPE. En este último, las rentas de hasta 15 UIT tributarán al 5%, y las que las superen, al 15%. Además, se fijan tasas diferenciadas para los pagos a cuenta: 0,5% para ingresos anuales de hasta 300 UIT y 1% para montos mayores. La relación de actividades y mercancías permitidas será definida por PRODUCE y MINCETUR mediante decreto supremo.
Si bien esta propuesta fue excluida inicialmente de la ley marco por falta de consenso, la Comisión de Economía del Congreso logró aprobarla con 14 votos a favor, cinco en contra y una abstención. Sin embargo, su avance no ha estado exento de cuestionamientos. Durante la gestión de José Arista en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se manifestó una oposición firme, advirtiendo el impacto negativo sobre la recaudación fiscal. Aunque con el cambio de ministro a Alfredo Salardi la postura fue más flexible, aún se espera la posición oficial del actual titular del MEF, Raúl Pérez-Reyes.
Además, el Consejo Fiscal ha alertado sobre los riesgos de esta medida, advirtiendo que podría abrir espacios para la elusión tributaria, generar pérdidas permanentes de ingresos para el Estado, distorsionar el sistema tributario y complicar la gestión fiscal en un contexto de cuentas públicas debilitadas.
¿Qué beneficios traería esta ZEEP para el Perú?
A pesar de las preocupaciones técnicas, la creación de la ZEEP de Chancay podría traer beneficios importantes si se implementa de forma eficiente. En primer lugar, al ofrecer un entorno atractivo para la inversión, puede convertirse en un polo de desarrollo industrial y logístico, sobre todo considerando su cercanía al nuevo mega puerto de Chancay, que apunta a ser un punto estratégico para el comercio entre Sudamérica y Asia.
Además, al fomentar la producción para la exportación, la ZEEP puede incrementar el ingreso de divisas al país, lo que fortalecería la balanza comercial y daría mayor estabilidad macroeconómica.
Impacto en el tipo de cambio.
Un mayor flujo de inversión extranjera directa (IED) y crecimiento de las exportaciones derivado del funcionamiento de la ZEEP podría generar una mayor oferta de dólares en el mercado peruano. Esto, en principio, contribuiría a reducir la presión alcista sobre el tipo de cambio, fortaleciendo al sol peruano frente al dólar. Si se logra una implementación adecuada y sostenida en el tiempo, estos efectos positivos podrían consolidarse, aportando mayor previsibilidad cambiaria y confianza para los inversionistas.
En resumen, la ZEEP de Chancay plantea una apuesta ambiciosa por dinamizar la economía desde el ámbito regional, impulsando el desarrollo productivo y logístico del país. No obstante, su éxito dependerá de un equilibrio cuidadoso entre los incentivos fiscales ofrecidos y la sostenibilidad de las finanzas públicas, además de una supervisión estricta que evite abusos o distorsiones tributarias.
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