Inflación bajo control y el guiño de la FED abren espacio a una política más flexible.
El Banco Central de Reserva (BCR) lleva tres meses consecutivos con su tasa de referencia en 4.50%, pero las condiciones actuales parecen darle luz verde para retomar los recortes en lo que resta del año. Varios analistas ya anticipan al menos una reducción de 25 puntos básicos, e incluso algunos apuestan por hasta dos recortes adicionales si los datos acompañan.
En julio, la inflación anual se ubicó en 1.7%, claramente por debajo del punto medio del rango meta. Además, las expectativas de inflación a 12 meses descendieron a 2.2%, el nivel más bajo en más de cuatro años, mientras que los precios mayoristas muestran un sesgo deflacionario. Estos indicadores refuerzan la idea de que la política monetaria aún tiene margen de maniobra.
El viento internacional también sopla a favor.
El factor externo es clave: la Reserva Federal de EE.UU. podría iniciar en septiembre su esperado ciclo de recortes, con una probabilidad cercana al 100%, según los mercados. De hecho, algunas proyecciones consideran hasta tres recortes de tasas de la FED antes de fin de año, impulsados por la moderación de la inflación y la menor presión en el mercado laboral estadounidense.
A esto se suma la caída de alrededor del 11% del dólar a nivel global, lo cual le resta presión al BCR y abre aún más espacio para una política monetaria expansiva en el Perú.
El debate entre prudencia y acción.
Mientras que Credicorp Capital y Citi ven probable una rebaja de la tasa peruana a 4.25% en septiembre, e incluso no descartan llegar a 4.0% si la economía muestra señales de enfriamiento hacia diciembre, otros bancos de inversión como BBVA y J.P. Morgan proyectan dos recortes en lo que queda del año.
Sin embargo, no todos ven necesaria una acción inmediata. Desde Inteligo SAB, José Silva sostiene que las expectativas de inflación están bien ancladas, la economía se mueve cerca de su potencial y la tasa actual ya está en niveles neutros. Bajo esta mirada, el único detonante para bajar tasas sería el riesgo de caer en deflación.
¿Qué significa para el Perú y el tipo de cambio?
Un recorte de tasas del BCR puede traer consigo un doble efecto: por un lado, estimularía el crédito y el consumo interno, ayudando a dinamizar sectores rezagados de la economía; por otro, podría ejercer cierta presión sobre el tipo de cambio, ya que tasas más bajas suelen restar atractivo a los activos en soles frente al dólar.
No obstante, la coyuntura internacional juega a favor del sol: si la FED también inicia su ciclo de recortes, el diferencial de tasas no se ampliaría significativamente y la presión sobre el tipo de cambio sería contenida. En ese escenario, el dólar en Perú podría mantenerse relativamente estable, con episodios de volatilidad moderada, lo cual sería un alivio para importadores y consumidores locales.
En resumen: el BCR se encuentra en una posición privilegiada para dar un nuevo impulso a la economía sin desestabilizar al sol. La gran pregunta es si apostará por un solo recorte o si, como anticipan algunos analistas, terminará el año con más de una jugada expansiva.

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