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  • SANTA ROSA: EL PEQUEÑO PUNTO EN EL AMAZONAS QUE AGITA A DOS NACIONES

    SANTA ROSA: EL PEQUEÑO PUNTO EN EL AMAZONAS QUE AGITA A DOS NACIONES

    Lo que a simple vista parece una isla más en el vasto Amazonas se ha convertido en el nuevo foco de tensión diplomática entre Perú y Colombia. El 5 de agosto, el presidente colombiano Gustavo Petro acusó públicamente a Perú de “ocupar un territorio que es de Colombia”, refiriéndose a Santa Rosa, una formación habitada por unas 3.000 personas.

    La respuesta peruana fue inmediata. El canciller Elmer Schialer aseguró que Santa Rosa es peruana desde hace décadas, al ser parte de la isla Chinería, reconocida como territorio nacional desde 1929. Según Lima, los cambios en el cauce del río Amazonas no alteran las fronteras acordadas, y la infraestructura construida en Santa Rosa —escuela, oficinas de migración y aduanas— es prueba de soberanía.

    Colombia, en cambio, afirma que la isla surgió después del tratado de 1922 y nunca fue formalmente asignada al Perú, por lo que exige reabrir la discusión fronteriza.

    Un río que cambia el mapa.

    El Amazonas no es un río estático. Sedimentos provenientes de los Andes y fenómenos como la deforestación y el cambio climático han modificado su cauce, creando nuevas islas y alterando su dinámica natural. Frente a Leticia, ciudad colombiana vecina a Santa Rosa, el caudal se desplaza cada vez más hacia el lado peruano.

    Estudios recientes advierten que para 2030 el río podría dejar de pasar frente a Leticia durante gran parte del año, aislando su acceso fluvial y afectando gravemente su comercio. Para Colombia, esto no es solo un asunto territorial: es la supervivencia de su puerto amazónico.

    ¿Por qué Santa Rosa importa económicamente al Perú?

    Más allá de la geopolítica, la disputa tiene un claro trasfondo económico. Mantener el control de Santa Rosa significa asegurar un nodo estratégico en las rutas comerciales fluviales que conectan con Brasil y Colombia.

    Para Loreto, esta presencia fortalece actividades como el turismo amazónico y la pesca que, aunque no mueven grandes cifras a nivel nacional, son vitales para el empleo y el sustento local. Además, la isla representa un punto de control clave frente al tráfico ilegal y al comercio transfronterizo informal.

    El riesgo para la economía y la diplomacia peruana.

    Si la tensión escala, podría impactar las relaciones comerciales con Colombia dentro de la Comunidad Andina, ralentizando acuerdos, frenando inversiones en zonas de frontera y dificultando la cooperación en seguridad y conservación del Amazonas.

    En el plano macroeconómico, una disputa prolongada podría deteriorar la percepción de estabilidad política en la región, un factor que los mercados financieros no ignoran. Esto, en escenarios de mayor incertidumbre, podría ejercer presión sobre el tipo de cambio y aumentar el costo de financiamiento internacional para el país.

    Más que una isla: un termómetro geopolítico.

    Santa Rosa no es simplemente un fragmento de tierra en medio del río. Es un símbolo de soberanía, un punto estratégico de comercio y un recordatorio de que los mapas no siempre son permanentes. Lo que ocurra aquí será clave para definir si Perú y Colombia fortalecen su cooperación o vuelven a sumergirse en una relación marcada por la desconfianza.

  • DÉFICIT COMERCIAL DE EE. UU. EN SU PUNTO MÁS BAJO DESDE 2023: ¿SEÑAL DE ENFRIAMIENTO ECONÓMICO GLOBAL?

    DÉFICIT COMERCIAL DE EE. UU. EN SU PUNTO MÁS BAJO DESDE 2023: ¿SEÑAL DE ENFRIAMIENTO ECONÓMICO GLOBAL?

    Menos importaciones, menos movimiento: la economía estadounidense desacelera con impacto en sus socios.

    El comercio exterior estadounidense ha dado un giro inesperado. En junio, el déficit comercial de EE. UU. se redujo drásticamente, alcanzando su nivel más bajo desde septiembre de 2023. La razón principal no fue un aumento de las exportaciones, sino una caída significativa en las importaciones, lo que revela una dinámica preocupante: la demanda interna se está debilitando.

    Según datos recientes del Departamento de Comercio, el déficit de bienes y servicios cayó un 16% respecto a mayo, situándose en US$60.200 millones, por debajo de lo que anticipaban los economistas. La baja en las importaciones [que retrocedieron 3,7%] estuvo encabezada por una menor demanda de bienes de consumo, insumos industriales y vehículos. De hecho, las compras de productos del exterior retrocedieron a niveles que no se veían desde marzo de 2024, mientras que las exportaciones también cayeron, pero en menor proporción.

    ¿Reacción o prevención? Las empresas se cubren ante la tormenta arancelaria.

    Este retroceso en las importaciones parece haber sido impulsado por una ola anticipada de compras en el primer trimestre, cuando muchas compañías se apresuraron a abastecerse ante el temor de nuevos aranceles masivos anunciados por la administración Trump en abril. Posteriormente, algunos de estos gravámenes fueron suavizados o postergados, dando cierto alivio temporal.

    No obstante, esta caída no es señal de optimismo. Por el contrario, muestra cómo la incertidumbre comercial y los costos crecientes están reconfigurando las decisiones empresariales, generando efectos colaterales sobre la producción, la inversión y las cadenas globales.

    China, México y Canadá: déficit bilateral en descenso.

    Otro punto clave del informe fue la caída del déficit comercial con los principales socios de EE. UU. Las cifras muestran que el desequilibrio con China alcanzó su menor nivel desde 2009, mientras que el déficit con México retrocedió tras haber tocado un récord en mayo. También se redujo el déficit con Canadá, a niveles no vistos desde 2020.

    Esto puede interpretarse como resultado directo de la estrategia proteccionista de Washington, que viene impulsando la sustitución de importaciones en sectores clave como la energía, los semiconductores y los productos farmacéuticos.

    🌎 ¿Cómo repercute esto en Perú?

    Aunque estos cambios parecen lejanos, el comercio entre Perú y EE. UU. podría verse impactado de forma significativa. Estados Unidos es uno de nuestros principales destinos de exportación, y un menor dinamismo en su economía puede traducirse en una reducción de la demanda de productos peruanos, especialmente en sectores como agroindustria, minería y textiles.

    Además, si el nuevo paquete arancelario que se prepara en Washington incluye productos en los que Perú participa indirectamente [como minerales críticos o insumos industriales], las consecuencias podrían ser aún más amplias, afectando precios y condiciones de acceso.

    💱 ¿Y el tipo de cambio? La volatilidad se asoma.

    Para el tipo de cambio en Perú, esta coyuntura genera un escenario de alta sensibilidad. Si la economía de EE. UU. se desacelera, podría llevar a la Reserva Federal a reconsiderar sus políticas monetarias, con posibilidad de bajar las tasas de interés hacia fines de 2025. Esto debilitaría al dólar a nivel global, lo que daría cierto respiro al sol peruano, ayudando a contener presiones inflacionarias y estabilizar importaciones.

    Pero ojo: si la guerra comercial se intensifica y se amplían los aranceles, los flujos de capital podrían volverse más volátiles y aumentar la aversión al riesgo, lo que en países emergentes como Perú suele traducirse en una salida de dólares y mayor presión sobre el tipo de cambio.

    📌 La brecha de EE. UU. se cierra, pero abre interrogantes globales.

    La reducción del déficit comercial estadounidense no debe celebrarse a la ligera: no es fruto de un crecimiento sostenido, sino reflejo de una economía que se enfría. Para el Perú, esto representa una llamada de atención. Necesitamos diversificar destinos, prepararnos para escenarios de menor demanda externa, y sobre todo monitorear de cerca el impacto que este reacomodo comercial global tendrá sobre el dólar, nuestras exportaciones y nuestra economía interna.

  • Perú busca blindarse ante aranceles de Trump: renegocia condiciones originales del TLC con EE.UU.

    Perú busca blindarse ante aranceles de Trump: renegocia condiciones originales del TLC con EE.UU.

    Frente al inminente giro proteccionista del gobierno de Donald Trump, el Perú ha activado su estrategia diplomática para proteger el acceso preferencial de sus exportaciones a Estados Unidos. El canciller Elmer Schialer anunció que el país está negociando el regreso a los términos originales del Tratado de Libre Comercio (TLC), firmado en 2009, con el fin de mantener el 98% de productos nacionales libres de aranceles.

    Este movimiento responde a la política comercial que Trump implementará desde agosto, la cual contempla nuevos aranceles diferenciados por país. Perú busca evitar que sus exportaciones —muchas de ellas de valor agregado— pierdan competitividad en su principal mercado.

    🛡️ Objetivo: preservar beneficios y evitar impacto económico

    “Queremos asegurar que el 98% del universo arancelario mantenga un arancel del 0%, y que el 2% restante tenga las menores barreras posibles”, declaró Schialer en entrevista televisiva. Según explicó, EE. UU. está negociando caso por caso y tomando en cuenta variables más allá de lo comercial, como temas de informalidad, piratería o estándares regulatorios, considerados “barreras no arancelarias” por el Departamento de Comercio estadounidense.

    El ministro remarcó que el comercio bilateral con Perú no representa una amenaza para EE.UU., ya que históricamente este último mantiene un superávit comercial con nuestro país. En sus palabras, gravar los productos peruanos no solo sería injustificado, sino que incluso podría perjudicar al consumidor estadounidense al encarecer productos que antes llegaban con precios competitivos.

    🌎 El tren bioceánico: ¿una oportunidad o un gigante dormido?

    Además, Schialer abordó el debate en torno al megaproyecto del tren bioceánico, que conectaría Brasil con el Pacífico peruano a través del Puerto de Chancay. Aunque recientemente cobró fuerza tras un memorando entre Brasil y China, el canciller aclaró que esta idea lleva más de 20 años en discusión, y su viabilidad enfrenta enormes desafíos técnicos y financieros.

    El trazado en territorio peruano implicaría atravesar la cordillera de los Andes, lo cual representa un reto de ingeniería monumental y costos multimillonarios. Si bien el proyecto promete acortar tiempos de exportación a Asia, su ejecución requerirá coordinación multinacional, decisiones de alto nivel y una clara fuente de financiamiento.

    💱 ¿Qué significa esto para el tipo de cambio en Perú?

    La imposición de nuevos aranceles por parte de EE.UU. podría traducirse en una disminución en las exportaciones peruanas, especialmente si no se logra mantener el acceso preferencial. Esto reduciría el ingreso de divisas y podría ejercer presión alcista sobre el tipo de cambio, debilitando al sol frente al dólar.

    Sin embargo, si las negociaciones prosperan y se restablecen las condiciones originales del TLC, el impacto se neutralizaría, manteniendo la confianza de los mercados y la estabilidad del tipo de cambio. Además, el avance en proyectos logísticos como el tren bioceánico (si llegara a concretarse en el futuro) también aumentaría el atractivo del Perú como hub comercial, fortaleciendo su posición geoeconómica y eventualmente contribuyendo a un flujo más sólido de capitales.

    🧭 Diplomacia económica al servicio de la estabilidad

    La estrategia del Perú ante los nuevos aranceles no solo es defensiva, sino inteligente. Apostar por renegociar desde los principios originales del TLC demuestra un enfoque pragmático que busca proteger al aparato exportador, evitar tensiones cambiarias y defender la recuperación económica.

    En un contexto global de incertidumbre, el Perú se mueve con cautela, pero con claridad. Las decisiones que se tomen hoy en el ámbito comercial y logístico podrían definir el curso del crecimiento económico en la próxima década.

  • POWELL PISA EL FRENO Y TRUMP ACELERA EL GASTO: ¿CÓMO IMPACTA ESTO EN PERÚ Y EN EL DÓLAR?

    POWELL PISA EL FRENO Y TRUMP ACELERA EL GASTO: ¿CÓMO IMPACTA ESTO EN PERÚ Y EN EL DÓLAR?

    Mientras el presidente Donald Trump empuja una ambiciosa expansión fiscal, la Reserva Federal de EE. UU. opta por la prudencia. Jerome Powell, titular del banco central estadounidense, reafirmó que no habrá recortes inmediatos en las tasas de interés hasta tener señales más claras sobre el rumbo económico. En paralelo, el Senado aprobó —por apenas un voto— el polémico plan fiscal de Trump que eleva el gasto en defensa y recorta programas sociales clave. El contraste entre ambas posturas ha encendido las alarmas en los mercados financieros y podría tener efectos relevantes en economías emergentes como Perú.

    🏦 Powell toma distancia de Trump y mantiene la cautela

    En una conferencia en Portugal, Powell fue enfático: la FED no se precipitará con los recortes. A pesar de la insistente presión política, especialmente desde la Casa Blanca, el banco central prefiere esperar datos más concluyentes, sobre todo en un contexto incierto donde los aranceles y las tensiones comerciales siguen latentes.

    Aunque no se descarta una reducción de tasas en las reuniones venideras —la próxima será el 29 y 30 de julio—, Powell dejó claro que cada decisión se tomará con base en la evolución de los datos, incluyendo el empleo y la inflación. Por ahora, los mercados ven más probable un recorte en septiembre que en julio.

    🧾 Trump logra aprobación ajustada de su mega plan fiscal

    Casi en simultáneo, el Senado estadounidense dio luz verde al llamado One Big Beautiful Bill, una propuesta fiscal de más de 900 páginas que promete transformar la economía de EE. UU. Incluye una fuerte expansión del gasto en defensa y control fronterizo, la extensión de recortes tributarios iniciados en 2017, y profundos recortes en programas sociales como Medicaid. Se estima que la medida elevaría la deuda pública en más de US$ 3.3 billones, exacerbando los desequilibrios fiscales del país.

    El proyecto aún debe pasar una nueva votación en la Cámara de Representantes, pero Trump ya se prepara para firmarlo el 4 de julio, buscando darle un carácter simbólico.

    ¿Y qué significa todo esto para Perú?

    Las decisiones de la FED y la política fiscal estadounidense no son eventos lejanos para Perú: tienen efectos directos sobre nuestro tipo de cambio, la inversión extranjera y los flujos de capital.

    Por un lado, la postura cautelosa de Powell reduce la probabilidad de que el dólar pierda valor rápidamente en los mercados internacionales. Esto podría mantener el tipo de cambio en Perú relativamente estable en el corto plazo. Sin embargo, si los mercados perciben que la FED se queda “atrás” frente a una desaceleración global, podría aumentar la volatilidad y hacer que el sol se aprecie frente al dólar, algo que hemos venido observando en las últimas semanas.

    Por otro lado, el mega plan fiscal de Trump podría generar presiones inflacionarias en EE. UU., lo que —paradójicamente— obligaría a la FED a endurecer su política monetaria más adelante, fortaleciendo nuevamente al dólar. Un dólar más fuerte elevaría el tipo de cambio en Perú, encareciendo las importaciones y presionando ligeramente los precios internos, especialmente en sectores dependientes de insumos del exterior.

    Además, si el crecimiento estadounidense se ve impulsado por el nuevo gasto fiscal, podríamos ver un mayor dinamismo en la demanda global de minerales peruanos, como el cobre, lo que beneficiaría nuestra balanza comercial. Sin embargo, esto también puede venir acompañado de mayor aversión al riesgo por la incertidumbre fiscal, lo que limitaría el ingreso de capitales a países como el nuestro.

    La tensión entre Trump y Powell no solo refleja un choque de estilos, sino que configura un escenario global inestable que desafía a los mercados. Para Perú, esto se traduce en mayor sensibilidad en el tipo de cambio, oportunidades para el sector exportador, pero también riesgos si la política estadounidense se vuelve impredecible. En tiempos de alta incertidumbre, la prudencia del BCRP y la solidez macroeconómica local siguen siendo nuestros principales escudos.

  • TRUMP VS. POWELL: CHOQUE DE VISIONES QUE SACUDE LOS MERCADOS Y AFECTA A ECONOMÍAS EMERGENTES COMO PERÚ

    TRUMP VS. POWELL: CHOQUE DE VISIONES QUE SACUDE LOS MERCADOS Y AFECTA A ECONOMÍAS EMERGENTES COMO PERÚ

    La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el titular de la Reserva Federal, Jerome Powell, atraviesa uno de sus momentos más tensos desde que comenzó su historia en 2018. Aunque Trump fue quien lo nombró al frente del banco central, las diferencias en torno a la conducción de la política monetaria se han vuelto irreconciliables, reavivando una disputa institucional que hoy influye directamente en los mercados financieros globales.

    Desde su primer mandato, Trump ha presionado abiertamente para que la FED recorte agresivamente las tasas de interés, con el objetivo de abaratar el crédito, impulsar el consumo y sostener los mercados bursátiles, especialmente en años electorales. Sin embargo, Powell ha mantenido una postura técnica, guiada por datos económicos y con énfasis en el control inflacionario, incluso si eso implica mantener las tasas en niveles elevados, actualmente entre 4.25 % y 4.50 %.

    Uno de los puntos de quiebre más notorios ocurrió en diciembre de 2018, cuando la FED decidió elevar las tasas a pesar de las objeciones directas del entonces presidente. Aquel episodio marcó el inicio de una relación tensa y plagada de ataques públicos. Aunque la pandemia de 2020 obligó al banco central a adoptar políticas expansivas, el distanciamiento entre ambos líderes ya era irreversible.

    Con el retorno de Trump a la presidencia en 2024, la confrontación ha resurgido con mayor intensidad. En abril de 2025, Trump llegó incluso a exigir abiertamente la destitución de Powell, alegando que su resistencia a reducir las tasas estaba perjudicando la economía estadounidense. Sin embargo, la ley impide su remoción sin una causa justificada, y Powell ha respondido con firmeza, reafirmando la autonomía institucional de la FED.

    En un gesto inusual, el banco central emitió un comunicado en el que subrayó que sus decisiones continuarán siendo tomadas con base en el análisis técnico de la economía, y no por presiones políticas. Este mensaje fue respaldado por una reunión formal entre Powell y Trump, en la que el presidente de la FED ratificó su independencia.

    Impacto para el Perú y el tipo de cambio

    La pugna entre la Casa Blanca y la Reserva Federal tiene efectos colaterales que trascienden las fronteras estadounidenses. Para una economía emergente como la peruana, este escenario genera una fuerte volatilidad en los mercados financieros internacionales, afectando tanto los flujos de capital como el comportamiento del tipo de cambio.

    Cuando existen tensiones en torno a las decisiones de política monetaria en EE.UU., los inversionistas tienden a reaccionar con cautela. Si Powell mantiene las tasas elevadas por más tiempo del esperado, podría provocar una fuga de capitales desde economías emergentes hacia activos estadounidenses, apreciando el dólar a nivel global. Esto podría generar una presión al alza sobre el tipo de cambio en Perú, encareciendo el dólar frente al sol y afectando los precios de productos importados, combustibles y materias primas.

    Sin embargo, la incertidumbre generada por la inestabilidad política en EE.UU. también tiene un efecto inverso: muchos inversores globales buscan diversificar sus carteras y protegerse en monedas distintas al dólar, como el euro o incluso el oro. Esta menor demanda del billete verde puede llevar a una depreciación del dólar, como la que se ha venido observando en los últimos meses, lo cual fortalece al sol peruano y modera las presiones inflacionarias locales.

    A mediano plazo, el desenlace de este conflicto institucional en EE.UU. será determinante para el tipo de cambio en el Perú. Si Trump logra presionar a la FED para aplicar recortes rápidos de tasas, el dólar podría seguir debilitándose, lo cual aliviaría las cuentas externas del país, pero podría también traer volatilidad en caso de sobre corrección. Por otro lado, si Powell mantiene su postura técnica e independiente, el entorno internacional ofrecerá mayor previsibilidad, algo crucial para las decisiones de inversión en economías como la peruana.

  • LA FED RESISTE PRESIONES POLÍTICAS Y MANTIENE TASAS: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL PERÚ Y EL TIPO DE CAMBIO?

    LA FED RESISTE PRESIONES POLÍTICAS Y MANTIENE TASAS: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL PERÚ Y EL TIPO DE CAMBIO?

    La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha vuelto a marcar distancia frente a las presiones de la Casa Blanca. En su más reciente reunión, el banco central estadounidense decidió mantener inalteradas sus tasas de interés entre 4.25 % y 4.50 %, a pesar de los ataques públicos del presidente Donald Trump, quien exige recortes más agresivos e inmediatos. La FED, liderada por Jerome Powell, reafirmó así su compromiso con la estabilidad macroeconómica y la autonomía institucional.

    Aunque por ahora no hubo cambios, la FED proyecta dos reducciones en la tasa de referencia para lo que resta del año, lo que podría llevarla a un nivel de 3.9 % hacia finales de 2025. Este anuncio refleja un enfoque de cautela frente a los riesgos que aún rodean la economía estadounidense, especialmente por las distorsiones provocadas por las políticas comerciales proteccionistas y migratorias impulsadas por el propio gobierno de Trump.

    Tensiones políticas vs. estabilidad financiera.

    El presidente Trump intensificó sus críticas justo antes del anuncio, acusando a Powell de actuar con motivaciones políticas y de perjudicar la economía por no bajar las tasas con mayor rapidez. Incluso llegó a exigir que el tipo de interés se redujera a la mitad, calificando al presidente de la Fed como “estúpido”.

    Sin embargo, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) mantuvo su decisión por unanimidad, reafirmando su independencia y su análisis técnico como pilares en la toma de decisiones. Según el comunicado oficial, el organismo monetario continuará evaluando el panorama económico y ajustará su postura solo “si las circunstancias lo justifican”, tomando en cuenta factores como la inflación, el desempleo, las condiciones laborales y los riesgos internacionales.

    Inflación elevada y crecimiento moderado.

    Las proyecciones actualizadas de la FED reflejan un escenario mixto: se anticipa una inflación del 3% en 2025, por encima de la meta del 2%, mientras que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se revisó a la baja, del 1.7% al 1.4%. A esto se suma una expectativa de aumento del desempleo hasta 4.5 %, lo que refuerza las alertas sobre una posible estanflación —la combinación de bajo crecimiento y alta inflación—, alimentada en parte por los aranceles y las restricciones migratorias que encarecen la producción.

    ¿Cómo impacta esto en el Perú?

    Para el Perú, esta postura de la FED tiene implicancias importantes. En el corto plazo, la decisión de mantener tasas elevadas sostiene la fortaleza del dólar, lo que puede ejercer presión sobre el tipo de cambio en el mercado peruano, encareciendo las importaciones y elevando los costos para las empresas locales que dependen de insumos del exterior. Sin embargo, el anuncio de posibles recortes en los próximos meses modera estas presiones y ofrece señales positivas para la estabilidad del sol. A medida que la FED se incline hacia una política más expansiva, es probable que el dólar pierda algo de fuerza relativa, facilitando la apreciación de monedas emergentes como la peruana.

    Asimismo, una política monetaria menos restrictiva en Estados Unidos podría favorecer el ingreso de capitales hacia economías como la peruana, especialmente en sectores vinculados a la minería y la infraestructura. Esta mejora en el flujo de inversión ayudaría a consolidar las reservas internacionales y reforzar la confianza en la moneda local. Además, la posibilidad de tasas más bajas en el futuro reducirá el costo de financiamiento externo para el Estado peruano y para empresas locales que emiten deuda en los mercados internacionales. Esto abre espacio para políticas fiscales o proyectos de inversión más ambiciosos, sin generar presiones excesivas sobre el presupuesto nacional.

  • VUELVE LA DIPLOMACIA COMERCIAL: TRUMP Y XI REABREN NEGOCIACIONES CLAVE PARA LA ECONOMÍA GLOBAL

    VUELVE LA DIPLOMACIA COMERCIAL: TRUMP Y XI REABREN NEGOCIACIONES CLAVE PARA LA ECONOMÍA GLOBAL

    En un contexto de prolongadas tensiones entre las dos mayores economías del mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, reactivaron el canal de comunicación directa con una llamada telefónica centrada exclusivamente en temas comerciales. El contacto – solicitado por Trump, según medios estatales chinos – busca reimpulsar las negociaciones tras semanas de fricciones que han generado incertidumbre global.

    Se recuperan los lazos comerciales entre ambas potencias económicas.

    Ambos líderes evitaron tratar temas geopolíticos sensibles como la guerra en Ucrania o la situación en Medio Oriente. En cambio, se enfocaron en restablecer la confianza para avanzar en acuerdos económicos. Según Trump, la conversación giró “casi totalmente en torno al comercio”, destacando un enfoque pragmático por parte de ambas potencias. Incluso se invitó mutuamente a realizar visitas de Estado, en un gesto diplomático que busca proyectar estabilidad.

    Este acercamiento se produce luego de que, en mayo, ambas naciones alcanzaran una tregua en Ginebra que redujo temporalmente los aranceles. Estados Unidos bajó sus tarifas sobre productos chinos del 125 % al 30 %, mientras que China redujo sus tasas del 145 % al 10 % sobre productos estadounidenses. No obstante, la semana pasada, Washington volvió a elevar el tono al acusar a China de incumplir con ciertos compromisos del acuerdo, en especial aquellos relacionados con la transferencia de tecnología y subsidios estatales encubiertos.

    Pese a los desencuentros, Trump se mostró esperanzado tras el diálogo y anunció que los equipos técnicos de ambos países se reunirán para continuar con las conversaciones. También subrayó que el suministro de tierras raras – minerales clave para la industria tecnológica – “ya no debería generar preocupaciones”, lo que sugiere avances en un sector particularmente sensible en esta guerra comercial.

    ¿Por qué esto importa para Perú?

    Aunque a primera vista pueda parecer un conflicto lejano, las tensiones y distensiones comerciales entre EE. UU. y China generan repercusiones en los mercados emergentes como el peruano. En periodos de hostilidad, los inversores suelen buscar refugio en monedas fuertes como el dólar, provocando una apreciación de esta divisa frente a monedas locales, incluyendo el sol peruano. Esto incrementa el costo de importaciones y puede presionar al alza la inflación en Perú.

    En contraste, la reactivación del diálogo entre ambas potencias reduce la percepción de riesgo global, fortaleciendo la confianza de los mercados financieros. Esta mayor estabilidad podría aliviar la presión sobre el tipo de cambio en Perú, favoreciendo una moderación del dólar y, por ende, un entorno más propicio para las inversiones y la planificación empresarial.

    Además, una tregua comercial sostenida favorecería la recuperación de la demanda global por materias primas, de las cuales Perú es un importante exportador —como el cobre, el zinc y la plata—. Esto no solo impulsa los ingresos por exportación, sino que también mejora las reservas internacionales del país, fortalece el sol y permite una mayor previsibilidad en la política monetaria.

  • ACUERDO EN GUERRA COMERCIAL: ESTADOS UNIDOS Y CHINA DECIDIERON BAJAR LOS ARANCELES ENTRE AMBOS DURANTE UN PERÍODO DE 90 DÍAS

    ACUERDO EN GUERRA COMERCIAL: ESTADOS UNIDOS Y CHINA DECIDIERON BAJAR LOS ARANCELES ENTRE AMBOS DURANTE UN PERÍODO DE 90 DÍAS

    Estados Unidos disminuirá sus aranceles sobre productos chinos del 145% al 30% durante 90 días, mientras que China reducirá los suyos del 125% al 10%. El presidente Donald Trump declaró que la relación con China es “muy buena”. Los mercados experimentaron un fuerte repunte tras el anuncio del acuerdo.

    Acuerdo entre EE.UU. y China.

    Tras meses de tensiones comerciales, Estados Unidos y China anunciaron un acuerdo para reducir significativamente sus aranceles mutuos durante 90 días, en un intento de poner fin a su guerra comercial. Las negociaciones, que tuvieron lugar en Suiza, fueron las primeras desde que Trump impuso un arancel del 145% sobre productos chinos.

    El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, confirmó que ambos países acordaron una reducción temporal de los aranceles: 30% para los productos chinos y 10% para los estadounidenses. Bessent destacó que ambas partes buscan un comercio más equilibrado y evitar un desacoplamiento.

    Las negociaciones concluyeron con la creación de un comité conjunto, liderado por Scott Bessent y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, que continuará con las conversaciones. Este comité podrá reunirse en ambos países. Según un comunicado conjunto, ambos países reconocen la relevancia de su relación económica para la economía global.

    El presidente Donald Trump celebró el acuerdo, destacando que la relación con China es “muy, muy buena” y expresó que hablaría con el presidente Xi Jinping. Trump señaló que no buscaban perjudicar a China, que enfrentaba dificultades económicas, como el cierre de fábricas, y destacó que el alivio arancelario es una pausa en una relación comercial deteriorada.

    A pesar de la reducción, Estados Unidos mantendrá un componente adicional del arancel, de aproximadamente 20 puntos porcentuales, como medida para presionar a China a combatir el comercio ilegal de fentanilo, una droga sintética que ha causado una grave crisis de salud pública en EE.UU. Por lo tanto, los productos chinos seguirán enfrentando un arancel efectivo del 30%.

    Por su parte, funcionarios chinos reconocieron que el acuerdo es un paso clave para “resolver las diferencias” y “establecer las bases para una mayor cooperación”. La economía de China muestra signos de debilidad, con fábricas reduciendo su producción y despidos en sectores clave debido a la caída de las exportaciones hacia EE.UU. Según Bessent, los altos aranceles anteriores eran prácticamente un embargo.

    Respuesta positiva en los mercados.

    El anuncio provocó una respuesta inmediata en los mercados financieros. El Dow Jones subió 1,041 puntos (2.52%), alcanzando los 42,290.87 puntos. Amazon lideró las ganancias con un aumento del 8.6%, seguida por Nike con un 7.6%. El S&P 500 subió un 2.93%, mientras que el Nasdaq avanzó un 4.09%. Esta recuperación ocurrió después de la primera semana de pérdidas en casi un mes para los principales índices de Nueva York.

    El alivio también se reflejó en los mercados de materias primas. El cobre en la Bolsa de Metales de Londres subió un 0.9%, alcanzando los US$9,528 por tonelada, y el aluminio ganó un 2.9%. Otros metales como el zinc, el estaño y el plomo también vieron incrementos, lo que refleja un renovado optimismo sobre la demanda industrial. Sin embargo, los operadores señalaron que persiste la cautela. “La gente tiene esperanzas, pero sigue estando nerviosa”, comentó un trader de cobre a Reuters.

    Analistas de Societe Generale coincidieron en que el acuerdo genera un “escenario menos hostil”, aunque persisten incertidumbres para empresas y hogares. Señalaron que en los próximos 90 días podría haber una gran anticipación en los flujos comerciales entre ambos países.

    La guerra comercial había provocado una notable caída en el tráfico marítimo entre EE. UU. y China, afectando puertos en EE. UU. y ralentizando sectores clave en China. Aunque temporal, la pausa en los aranceles ofrece un respiro logístico y estratégico a los dos principales actores comerciales globales.

    Implicancias sobre el tipo de cambio en Perú.

    El acuerdo entre Estados Unidos y China puede influir en el precio del dólar en Perú, ya que una mejora en las relaciones comerciales puede aumentar la confianza de los inversores y fortalecer el sol peruano. Esto se debe a que un entorno económico más estable fomenta el flujo de capital hacia economías emergentes. Sin embargo, el impacto en el tipo de cambio también depende de factores internos como la política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú y las tasas de interés de EE. UU., por lo que no es un efecto directo ni predecible.

    Fuente: Semana Económica.

  • EE.UU. TUVO SU PRIMERA CONTRACCIÓN ECONÓMICA EN TRES AÑOS EN EL 1T25, BAJO EL MANDATO DE TRUMP

    EE.UU. TUVO SU PRIMERA CONTRACCIÓN ECONÓMICA EN TRES AÑOS EN EL 1T25, BAJO EL MANDATO DE TRUMP

    En el primer trimestre de 2025, el PBI de Estados Unidos se redujo en 0.3%, marcando un cambio drástico respecto al crecimiento del 2.4% en el cuarto trimestre de 2024. El presidente Donald Trump responsabilizó a Joe Biden por la caída y rechazó que los aranceles fueran culpables, aunque expertos señalan que su estrategia comercial ya está afectando el desempeño económico del país. Luego del anuncio, Wall Street inició la jornada con pérdidas.

    Primer trimestre 2025, bajo el mandato de Trump.

    La economía de Estados Unidos registró una contracción del 0.3% en el primer trimestre de 2025, marcando su primera caída en tres años, según datos del Departamento de Comercio. Este descenso sorprendió a los mercados y coincidió con la llegada de Donald Trump a la presidencia el 20 de enero, tras asumir con promesas de cambios radicales en la política comercial y fiscal.

    La caída del PBI, ajustado por inflación, contrasta con el crecimiento del 2.4% alcanzado en el último trimestre de 2024 bajo la gestión de Joe Biden. Aunque condiciones estacionales, como fuertes tormentas invernales, afectaron el consumo, los analistas coinciden en que el nuevo enfoque económico, centrado en una política arancelaria más agresiva, ya está comenzando a modificar los patrones de crecimiento del país.

    Donald Trump se deslindó rápidamente de la contracción económica del primer trimestre de 2025, atribuyéndola a la gestión de Joe Biden y negando que sus políticas arancelarias tuvieran efectos negativos. A través de Truth Social, afirmó que el retroceso se debía a las “malas cifras” heredadas y prometió un futuro auge económico. Sin embargo, los analistas discrepan con esa interpretación. Según los datos, la principal causa de la caída fue un inesperado aumento en las importaciones, provocado por la anticipación de empresas y consumidores a los nuevos aranceles, lo que redujo casi cinco puntos porcentuales del PBI.

    Los aranceles, principal causa de la desaceleración.

    Los efectos de la nueva guerra comercial impulsada por Trump ya comienzan a sentirse. A pesar de un aumento en la inversión empresarial en equipos, las encuestas muestran un creciente pesimismo entre los líderes corporativos. El gasto de los consumidores, aunque todavía sólido, se desaceleró del 4% al 1.8%, influenciado por factores climáticos y una caída en la confianza tras la llegada de Trump al poder.

    El economista Ben Herzon advirtió que, aunque la economía aún tiene puntos fuertes, el daño por la incertidumbre y los aranceles podría ser significativo. Los analistas prevén una desaceleración mayor si continúan las políticas que encarecen las importaciones y aumentan la volatilidad.

    El debate también se extiende a los aspectos técnicos de la contracción. Como el PBI solo mide lo producido dentro del país, un aumento de importaciones, aunque relacionado con mayor demanda, puede reducir el crecimiento. Los datos preliminares no reflejaron adecuadamente el aumento de inventarios, lo que distorsionó las cifras.

    Se espera que los datos sean ajustados más adelante, pero los economistas ya ven cambios en el comportamiento empresarial. Diane Swonk, economista de KPMG, resumió que “seguimos poniendo peso sobre la economía en lugar de levantarlo”.

    Tendencia bajista en los mercados.

    Los mercados reaccionaron negativamente tras la publicación de las cifras del PBI. Wall Street abrió con pérdidas: el Nasdaq cayó 2.4%, el S&P 500 retrocedió 1.78% y el Dow Jones perdió 1.34%. Los futuros de los índices también se desplomaron, reflejando la preocupación por el rumbo económico.

    Los analistas vinculan la caída bursátil a las dudas sobre el impacto de los aranceles y la inestabilidad generada por su implementación errática. Trump ha anunciado y suspendido medidas arancelarias varias veces, lo que ha dificultado la planificación empresarial y aumentado la incertidumbre en los mercados.

    A pesar de la caída, Trump mantiene un discurso optimista, asegurando que los aranceles “traerán de vuelta las fábricas a EE.UU.” y que el país “prosperará como nunca antes”. Sin embargo, los datos actuales indican que, por ahora, su política comercial genera más incertidumbre que beneficios inmediatos.

    Fuente: Semana Económica.

  • CHINA SOLICITA A ESTADOS UNIDOS QUE ELIMINE LOS ARANCELES Y ASEGURA QUE NO SE HAN LOGRADO PROGRESOS EN LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES

    CHINA SOLICITA A ESTADOS UNIDOS QUE ELIMINE LOS ARANCELES Y ASEGURA QUE NO SE HAN LOGRADO PROGRESOS EN LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES

    China rechazó las declaraciones del presidente Donald Trump sobre presuntos avances en la resolución de la guerra comercial y afirmó que no se alcanzará un acuerdo mientras persistan los aranceles “unilaterales”. Además, la incertidumbre en torno al comercio afecta negativamente la confianza de las empresas a nivel mundial.

    Falsas negociaciones arancelarias.

    China intensificó su postura al exigir la eliminación total de los aranceles “unilaterales” impuestos por Estados Unidos, como condición para resolver la guerra comercial. La solicitud se da mientras circulan rumores sobre una posible reducción de aranceles por parte del gobierno de Donald Trump. En una conferencia, el portavoz del Ministerio de Comercio, He Yadong, subrayó que EE.UU. debe retirar todas las medidas si desea una solución real, y citó un proverbio chino: “El que ató la campana debe desatarla” para señalar que Washington fue quien inició el conflicto.

    El Ministerio de Relaciones Exteriores de China respaldó la postura oficial, y su portavoz, Guo Jiakun, negó que se hayan llevado a cabo negociaciones o consultas con Estados Unidos, calificando de “rumores infundados” las declaraciones del gobierno estadounidense sobre supuestos contactos directos.

    Estas afirmaciones contrastan con lo dicho por el presidente Trump, quien el miércoles 23 de abril reiteró que sí ha habido comunicación entre ambos países y defendió su política arancelaria como “recíproca” y orientada a corregir desequilibrios injustos. Según Reuters, Washington estaría evaluando reducir algunos aranceles, que actualmente alcanzan hasta el 145%, a un rango de entre 50% y 65%, a la espera de una respuesta por parte de China.

    Tensiones comerciales generan incertidumbre mundial.

    El gobierno de Xi Jinping instó a Washington a escuchar las preocupaciones de la comunidad internacional y de actores económicos estadounidenses, quienes han manifestado su preocupación por el impacto de la guerra comercial en los mercados y las cadenas de suministro.

    Por otro lado, más de 80 empresas y cámaras extranjeras expresaron su preocupación sobre los efectos de los aranceles en sus inversiones durante una mesa redonda en China, organizada por el Ministerio de Comercio. Este evento reflejó el creciente temor empresarial ante la falta de claridad en la política económica de EE.UU.

    La tensión también se extendió a Washington, donde el gobernador del banco central de China, Pan Gongsheng, reafirmó el compromiso de su país con el libre comercio y el sistema multilateral durante las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial.

    Fuente: Semana Económica.