Perú no parece estar en la mira de la política arancelaria del presidente Donald Trump; por el contrario, ciertas medidas anunciadas podrían generar oportunidades para la industria nacional.
Perú y la política arancelaria de Trump.
Por ahora, Perú no se perfila como uno de los afectados por la política arancelaria del presidente de EE. UU., Donald Trump. Dado que el país importa más de lo que exporta a ese mercado, con un déficit comercial de aproximadamente US$1,000 millones, la industria nacional no supone una competencia significativa para la producción estadounidense ni un objetivo de aranceles agresivos. En cambio, algunos de los tributos anunciados por Trump podrían generar oportunidades temporales para ciertos sectores peruanos.
Hasta ahora, la administración de Trump ha utilizado los aranceles principalmente como una herramienta de presión política, dejando en pausa su aplicación cuando sus contrapartes han cedido en negociaciones. La mera amenaza de estos impuestos no garantiza su implementación definitiva, como se vio en los casos de México y Colombia. “El panorama es muy incierto”, señala Rafael Zacnich, gerente de estudios económicos de ComexPerú.
Por el momento, la única medida que afecta a las exportaciones peruanas es un arancel del 25% sobre el aluminio y el acero, aunque no estaba dirigido específicamente a Perú. Sin embargo, según Gianfranco Boggio, gerente general de PMP Holding, el impacto en la industria siderúrgica local sería mínimo, ya que existía una restricción similar desde el primer mandato de Trump y excluía a México y Canadá. Además, los principales mercados de exportación del sector siderúrgico peruano están en Latinoamérica y Centroamérica, no en EE.UU. En cambio, la mayor repercusión se daría en las importaciones, encareciendo los autos en Perú, como advierte Alonso Macedo, economista del IPE.
Escenario de oportunidades para el Perú.
Algunos productos son tan esenciales para el mercado estadounidense que las amenazas de aranceles no resultan creíbles. Un caso es el cobre, ya que la mitad del consumo de EE.UU. depende de importaciones y es un insumo clave para la industria tecnológica, según Eduardo Jiménez, jefe del sistema de información de Macroconsult.
A corto plazo, los aranceles a México y Canadá —suspendidos por 30 días desde inicios de febrero— podrían generar oportunidades para el sector agrícola. “Los precios serán favorables para la exportación. México enfrenta un problema de agua y, además, dificultades en su tratado comercial con EE.UU.”, señala Oscar Echegaray, gerente de Capital Humano y Asuntos Corporativos de Virú. La palta sería el cultivo con mayores perspectivas, ya que México abastece el 82% del consumo estadounidense y su campaña está en curso. Sin embargo, esta ventaja para Perú sería solo temporal, advierte Juan Carlos Paredes, director de Agrícola Pampa Baja.
Riesgos de la política arancelaria de Trump.
Aunque la posibilidad de que EE.UU. aplique aranceles a Perú es baja, la relación comercial con China sigue representando un riesgo. Una política arancelaria más estricta podría generar presiones inflacionarias en la economía estadounidense, lo que afectaría la demanda de productos importados desde Perú. En ese escenario, los sectores más vulnerables serían la agroexportación, especialmente el arándano, cuyas ventas a EE.UU. representan el 57%, y la industria textil.
Efectos sobre el precio del dólar.
La incertidumbre comercial podría afectar la inversión extranjera en Perú. Si los inversionistas perciben mayores riesgos en economías emergentes debido a la política proteccionista de Trump, podrían retirar capitales del país, debilitando aún más al sol. Sin embargo, algunos sectores, como el agroexportador, podrían beneficiarse de oportunidades temporales. Por ejemplo, la imposición de aranceles a México podría permitir que Perú aumente su participación en la exportación de paltas al mercado estadounidense, lo que podría ayudar a mitigar algunas presiones sobre el tipo de cambio.
Por otro lado, una política arancelaria más estricta en EE.UU. podría generar inflación en su economía, lo que llevaría a la Reserva Federal a subir las tasas de interés. En ese escenario, los inversionistas buscarían activos en dólares más rentables, lo que incentivaría la salida de capitales de mercados emergentes como Perú y contribuiría a la depreciación del sol.
En conclusión, aunque la política arancelaria de Trump no tiene un impacto directo sobre el Perú, sí genera efectos indirectos que pueden influir en el tipo de cambio. La posible reducción en la demanda de exportaciones, la volatilidad en los precios de los commodities y los movimientos de capitales podrían contribuir a la depreciación del sol frente al dólar, dependiendo de cómo evolucionan las tensiones comerciales a nivel global.
Fuente: Semana Económica.