Mientras el presidente Donald Trump empuja una ambiciosa expansión fiscal, la Reserva Federal de EE. UU. opta por la prudencia. Jerome Powell, titular del banco central estadounidense, reafirmó que no habrá recortes inmediatos en las tasas de interés hasta tener señales más claras sobre el rumbo económico. En paralelo, el Senado aprobó —por apenas un voto— el polémico plan fiscal de Trump que eleva el gasto en defensa y recorta programas sociales clave. El contraste entre ambas posturas ha encendido las alarmas en los mercados financieros y podría tener efectos relevantes en economías emergentes como Perú.
🏦 Powell toma distancia de Trump y mantiene la cautela
En una conferencia en Portugal, Powell fue enfático: la FED no se precipitará con los recortes. A pesar de la insistente presión política, especialmente desde la Casa Blanca, el banco central prefiere esperar datos más concluyentes, sobre todo en un contexto incierto donde los aranceles y las tensiones comerciales siguen latentes.
Aunque no se descarta una reducción de tasas en las reuniones venideras —la próxima será el 29 y 30 de julio—, Powell dejó claro que cada decisión se tomará con base en la evolución de los datos, incluyendo el empleo y la inflación. Por ahora, los mercados ven más probable un recorte en septiembre que en julio.
🧾 Trump logra aprobación ajustada de su mega plan fiscal
Casi en simultáneo, el Senado estadounidense dio luz verde al llamado One Big Beautiful Bill, una propuesta fiscal de más de 900 páginas que promete transformar la economía de EE. UU. Incluye una fuerte expansión del gasto en defensa y control fronterizo, la extensión de recortes tributarios iniciados en 2017, y profundos recortes en programas sociales como Medicaid. Se estima que la medida elevaría la deuda pública en más de US$ 3.3 billones, exacerbando los desequilibrios fiscales del país.
El proyecto aún debe pasar una nueva votación en la Cámara de Representantes, pero Trump ya se prepara para firmarlo el 4 de julio, buscando darle un carácter simbólico.
¿Y qué significa todo esto para Perú?
Las decisiones de la FED y la política fiscal estadounidense no son eventos lejanos para Perú: tienen efectos directos sobre nuestro tipo de cambio, la inversión extranjera y los flujos de capital.
Por un lado, la postura cautelosa de Powell reduce la probabilidad de que el dólar pierda valor rápidamente en los mercados internacionales. Esto podría mantener el tipo de cambio en Perú relativamente estable en el corto plazo. Sin embargo, si los mercados perciben que la FED se queda “atrás” frente a una desaceleración global, podría aumentar la volatilidad y hacer que el sol se aprecie frente al dólar, algo que hemos venido observando en las últimas semanas.
Por otro lado, el mega plan fiscal de Trump podría generar presiones inflacionarias en EE. UU., lo que —paradójicamente— obligaría a la FED a endurecer su política monetaria más adelante, fortaleciendo nuevamente al dólar. Un dólar más fuerte elevaría el tipo de cambio en Perú, encareciendo las importaciones y presionando ligeramente los precios internos, especialmente en sectores dependientes de insumos del exterior.
Además, si el crecimiento estadounidense se ve impulsado por el nuevo gasto fiscal, podríamos ver un mayor dinamismo en la demanda global de minerales peruanos, como el cobre, lo que beneficiaría nuestra balanza comercial. Sin embargo, esto también puede venir acompañado de mayor aversión al riesgo por la incertidumbre fiscal, lo que limitaría el ingreso de capitales a países como el nuestro.
La tensión entre Trump y Powell no solo refleja un choque de estilos, sino que configura un escenario global inestable que desafía a los mercados. Para Perú, esto se traduce en mayor sensibilidad en el tipo de cambio, oportunidades para el sector exportador, pero también riesgos si la política estadounidense se vuelve impredecible. En tiempos de alta incertidumbre, la prudencia del BCRP y la solidez macroeconómica local siguen siendo nuestros principales escudos.